viernes, 16 de noviembre de 2012

La recuperación

La recuperación del vehículo fue un proceso que duró prácticamente dos días y medio.

Habiendo hecho la denuncia por la desaparición-robo del carro, tuve que esperar a que la Procuraduría hiciera un informe del estado del automóvil y verificar que no haya estado implicado en algún incidente. El mismo día no pudo estar listo, por lo que tuve que regresar al siguiente.

Tras una vuelta para verificar, en la que me enteré que siempre no había ido el mismo día a checar el carro y apenas lo estaban haciendo esa mañana, acepté la sugerencia de llamar para ver si en la tarde estaría todo y podría dárseme una carta de liberación a fin de poderlo reclamar en el corralón.

Resultó finalmente que ya tenían la documentación y decidí lanzarme. Ya me había dado una vuelta a la Secretaría de Vialidad y Tránsito de Monterrey, la entidad que había encontrado mi vehículo y lo había remitido a una grúa, para informarme de lo necesario para la carta de liberación que tendría que darme esa corporación.

De la agencia del Ministerio Público donde me atendieron para la denuncia y su resolución, en la que además se nota la inversión que ha realizado la Procuraduría de Justicia estatal ante el aumento de robos de vehículos reciente, llegué a Tránsito antes de que cerrara la atención al público.

Todo estaba en orden, excepto que faltaba la multa correspondiente, que no había sido hallada; sin el "motivo" que estaba indicado allí, no podrían darme mi requerido documento. Lo peor fue cuando el tiempo de atención se agotó, sin respuesta favorable y la persona que me atendía se fue porque su horario había terminando recomendándome que me diera la vuelta al día siguiente.

Es de imaginarse lo enojado que me puse por estar atorado ante una falla de la dependencia, que se repitió al día siguiente, porque el oficial en cuestión se había reportado enfermo y no acudió a laborar.

Si el agente no cumplió con su deber de entregar las boletas que hizo durante su turno, ¿por qué como ciudadano tengo que sufrir esa irregularidad? Pese a las iniciales buenas intenciones de muchos y su imposibilidad de ayudarme en sus ámbitos, lo único que me quedó fue levantar una queja contra el susodicho incumplido, a quien no pudieron localizar por no tener sus datos actualizados.

Lo curioso es que me argumentaban no poder aplicar criterio (si todo está en orden, debería ser suficiente para que permitan sacar mi carro del corralón y evitar el pago de otro día más de pensión involuntaria, además de las molestias adicionales) porque ahora un marino estaba al frente de la corporación y es "muy estricto". Pero esa rigidez de procedimientos no parece todavía aplicarse bien al interior, solo al ciudadano.

Estoy a favor de hacer las cosas correctamente, sin ayudas especiales, mucho menos corrupción, pero no siento que debía estar sufriendo algo que no estaba a mi alcance ni era mi responsabilidad. Afortunadamente en todo el proceso no recibí siquiera alguna insinuación de "moche".

Finalmente me concedieron la salida y pude ir a la empresa de la grúa y la pensión obligatoria (Garage y Talleres) para pagar lo debido allí y recuperar mi automóvil, que afortunadamente estaba intacto y con todas mis pertenencias, pese a las alertas que todo mundo me daba respecto a los corralones.

Como no apareció la multa, no supe qué ocurrió oficialmente con mi carro, solo que estaba cerca de mi casa abandonado, pero sin ser abierto. Como estoy seguro de que lo dejé esa noche con sus medidas de seguridad en cuanto a freno y alarma, mi hipótesis es que interaron llevárselo y no pudieron abrirlo, tras lo cual fue dejado arrumbado en la vía pública.

¿O solito, después de unas horas, se movió de la cochera para bajar por la calle, lo cual no había ocurrido antes?

Gracias a Dios ya lo tengo conmigo nuevamente, que es lo importante.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Auto desaparecido

Esta mañana me topé con la sorpresa de no encontrar mi vehículo en el lugar donde anoche lo había dejado estacionado.

Como es una cochera abierta, es normal que no hubiese habido forcejeo que alertara la presencia de extraños pero, al parecer, habrían sido tan expertos que lograron llevarse sigilosamente el vehículo desactivando la alarma y pese a no contar con el chip que supuestamente trae la llave.

Hace poco el Gobierno de Nuevo León había anunciado una disminución en el robo de vehículos, en lo cual el estado llegó a ser puntero nacional. De cualquier modo, es frustrante formar parte de las estadísticas.

Habiendo hecho el papeleo correspondiente, solo me quedaba esperar que las autoridades hicieran su trabajo; hay quien me recomendó hasta dar mordida para que funcione la búsqueda, pero fui determinante en no hacerlo.

Quienes han pasado por esta situación, que lamentablemente ya son varios por la frecuencia en que ha estado ocurriendo esto, me recomendaron verificar en los corralones, a donde misteriosamente aparecen muchos vehículos robados.

Efectivamente, tras llamar más tarde a uno, resulta que allí había ingresado durante la madrugada. Lo habían llevado por indicación de Tránsito de Monterrey debido a que estaba olvidado en la calle.

Como había interpuesto una denuncia, tuve que ir a avisar que el vehículo estaba localizado y cerrar el proceso. Mañana tendré que recogerlo después del informe ministerial en el que se especifiquen las condiciones en que fue encontrado y si hubiese algún ilícito en el que hubiera sido utilizado.

Afortunadamente este misterio está por resolverse...

domingo, 30 de septiembre de 2012

Mala reforma laboral

Septiembre hoy se nos fue y comenzamos más de lleno la recta final del año.

Este "mes patrio" de México (y de otras naciones como casi todas las de Centroamérica) nos dejó en particular una escalofriante muestra de cómo la clase política está decidida a seguir intereses particulares en lugar del bien de la nación.

Primero, el presidente Felipe Calderón manda al Congreso como iniciativa preferente una reforma a la Ley Federal del Trabajo; esto es, que tendría que ser discutida y sometida a votación en un lapso de 30 días, de lo contrario sería aprobada automáticamente.

Hay quienes han sugerido que es un favor que el gobierno actual le quiere hacer al entrante de Enrique Peña Nieto -que se ha mostrado muy a favor de la llamada reforma laboral- para evitar un desgaste inicial de la nueva administración.

A mí me recuerda el decidido apoyo que el Consejo Coordinador Empresarial le dio a Calderón para asustar a la población en contra de Andrés Manuel López Obrador con la famosa campaña de que el tabasqueño era "un peligro para México". Y Alejandro Poiré, secretario de Gobernación, así lo ha dado a entender al rechazar la acusación mencionada un párrafo atrás y sostener que es interés del PAN sacar adelante esa iniciativa.

Lo cierto es que PAN, PRI, PVEM (parásito dependiente del anterior) y Nueva Alianza han salido como uno en defensa de las modificaciones a esa legislación, pero sin tocar los privilegios de los sindicatos, que iban a ser sometidos a la transparencia de sus recursos. La salvaguarda de los intereses sindicales se da en gran parte gracias a que sus líderes tienen una curul en el Legislativo.

Es decir, los sindicatos están representados en el órgano que debe representar a los ciudadanos y hasta parece que, en lugar de ese deber, se dedican a lo contrario, porque finalmente hay pocos que defiendan o vean por quienes supuestamente los llevaron por la vía del voto a los recintos legislativos.

Sí, era necesario actualizar esa ley, pero sin trastocar los derechos de los trabajadores. Lo peor es que quienes se rebelan son vistos como "revoltosos", aun por aquellos a quienes les afectará directamente lo que los diputados decidieron.

El problema es que como ciudadanos no manifestamos nuestro descontento más que en pláticas y redes sociales. Me gustaría que pudiésemos ser más activos, como lo veo en países de Europa, más acostumbrados a luchar activamente por sus derechos.

Sí hubo quienes se manifestaron y hasta tomaron la tribuna para impedir la votación al vapor, pero son los menos. ¿Y acaso la solución es que todos tomemos el Congreso, como se hizo en estos días en Madrid en una protesta fuertemente reprimida por fuerzas antimotines?

Alguien respondería que castigando con el voto a quienes actuaron en contra de la voluntad popular, pero lo cierto es que los grandes partidos siguen ganando espacios importantes y acaso hay alternancia de uno a otro igual de peor, sin que haya verdaderas alternativas.

Esta situación es muestra de la necesidad de renovar nuestro sistema político, más allá de los parches que se han hecho recientemente y que han generado gran parte de esta situación, al haberse incluido en una reforma reciente la iniciativa preferente del Ejecutivo, pero dejado de lado la revocación de mandato o la reelección de legisladores.

martes, 28 de agosto de 2012

Un año del Royale

Hace tres días, el pasado sábado 25 de agosto, se cumplió un año de la tragedia en el casino Royale, ubicado en la avenida San Jerónimo, en Monterrey.

Medios de comunicación como el periódico El Norte lo han calificado como el ataque más mortífero contra la población civil en México por parte del crimen organizado, debido a sus 52 muertos (más dos en gestación, porque dos mujeres estaban embarazadas).

Esto sería cierto si excluimos a los 72 migrantes asesinados por grupos delincuenciales en San Fernando, Tamaulipas, que conmocionó al mundo entero, particularmente a Centroamérica, de donde provenían gran parte de las personas. Pero, claro, no eran mexicanos.

La cifra del Royale rebasa por poco a los 49 niños fallecidos en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, causado no intencionalmente pero sí con responsables perfectamente indentificables.

En este como en los sucesos anteriormente mencionados la constante han sido la corrupción y la impunidad, mortífero dúo que además impide la justicia.

En el caso del centro de apuestas y diversión, el acontecimiento conmovió a la sociedad regiomontana. Muchos tuvieron a alguien cercano o conocido de los que allí tuvieron su último aliento. Además, si bien había habido hechos donde los maleantes (absurdamente llamados "malitos", para que no se ofendan) retaban a cualquier autoridad, esto rebasaba lo tolerable.

Ciertos sectores sociales despertaron de su marasmo y se movilizaron exigiendo respuestas. Al siguiente fin de semana se realizó una manifestación que fue boicoteada por el gobierno estatal y el partido que detenta el poder. Más allá de la marcha, como se llama un colectivo surgido a raíz de eso, se han emprendido acciones que buscan preservar la memoria de las víctimas.

La más simbólica hasta el momento fue precisamente el primer aniversario, que tuvo el lema "Voltea A Ver", una frase retadora a darnos cuenta de lo que pasa alrededor y comprender que todos somos corresponsables, por acción o por omisión.

Frente y a un costado de las ruinas que siguen humeadas y mostrando su interior de máquinas consumidas por el fuego, se realizó un pase de lista, seguido en cada nombre por la frase "no debió morir", se expusieron posturas de diversas organizaciones presentes y convocantes, se expuso arte destinado a preservar la memoria, se ofrendaron velas y flores, y hasta se firmó una petición ciudadana para impedir la apertura de casinos en Nuevo León.

El gobierno estatal, culpable junto al municipio, el gobierno federal y el Poder Judicial de irregularidades relacionadas con la tragedia, celebró durante la mañana una ceremonia luctuosa en el asta bandera del Cerro del Obispado para colocarla a media asta, "reclamar" justicia (como si a través de la Procuraduría local no tuviera precisamente esa obligación) y declarar al 25 de agosto como día de duelo estatal.

Pero si la administración de Rodrigo Medina de la Cruz quiso madrugar así el aniversario luctuoso, los ciudadanos nos reunimos para hacerlo de forma independiente, con la memoria de las víctimas por delante y compartiendo el dolor de sus seres queridos, iniciando por sus familiares.

Después de tantos sucesos que uno alcanza a ver en los medios de comunicación (impresos y electrónicos) o escuchar de conocidos, hemos comprendido que alguna vez nos puede tocar sin que la debamos.

Aquella ocasión fueron 52+2 los que fallecieron, algunos de forma heroica al lograr que algunos pudieran salir de entre las llamas. Por tanto, debemos luchar para que ninguno de los elementos que, combinados, provocaron este fatídico recuerdo se repita.

domingo, 5 de agosto de 2012

Preservando la memoria

A invitación de una muy querida amiga, acepté colaborar con un interesante proyecto para preservar la memoria de los 126 periodistas o relacionados con esta profesión que han sido asesinados en México desde 2000.

Más allá de las denuncias al respecto y el nada honroso primer lugar de la organización Reporteros Sin Fronteras como el país más peligroso para ejercer el periodismo, el colectivo Nuestra Aparente Rendición lanzó una convocatoria para escribir el perfil de cada una de esas personas y reunirlas en un libro

Lo que parece una simple iniciativa dedicada a denunciar el peligro que han representado para el ejercicio periodístico los dos sexenios panistas que hemos tenido, tiene una función más importante: preservar la memoria.

Confieso que llegué a cuestionarme inicialmente la "necesidad" de participar en esto, ¿para qué moverle si nunca sabremos exactamente -o al menos no tendremos una versión oficial creíble- por qué murieron muchos de quienes reseñamos?

Sin embargo, me puse en el papel de quien escribiría el perfil: si yo muriere, me gustaría que alguien recordara quién era, qué estaba haciendo antes de que me arrebataran la vida y cómo va mi caso.

Ciertamente me gustaría ser recordado, forma parte del deseo humano de trascender; de alguna manera la muerte es una manera de asilenciamiento: a alguien -del bando que fuese- le convenía desaparecerme de este mundo para que callara, por la razón que fuera.

Mi decisión de indagar hasta donde fuera posible el contexto y los avances en el caso fue confirmada mucho después con una frase leída en Twitter: "El olvido es arma de los poderosos, ¿vas a olvidar?". Y, aunque el usuario @JuanchoElHereje se refería particularmente a movimientos sociales, aplica para cualquier situación, más de quienes pueden ser incómodos o revelar las triquiñuelas de esos poderosos.

No solamente es escribir al lado de figuras como Diego Enrique Osorno o Sanjuana Martínez, que ya tienen en su haber algunos libros, además de otros colegas; es contribuir a que tantas muertes no queden tan en el olvido.

Sí, probablemente no todos fueron mártires de la libertad de expresión, pero tampoco podremos saberlo a ciencia cierta. Seguramente en la gran mayoría de los casos quedará evidenciado que las autoridades se han desentendido de hacer su labor de procurar justicia, dejando el caso "enfriarse" en los archivos, o dando explicaciones estilo "fue con tintes pasionales", sin detenidos fuera de chivos expiatorios o presentar evidencias creíbles.

El recrudecimiento de la violencia vivido en este sexenio que está por terminar trajo una estela de muerte, inseguridad y crecimiento visible de la delincuencia, que solamente puede ejercer organizadamente con el apoyo de las autoridades, del nivel que fueren. Por eso ha estado en sus objetivos acallar a la prensa. Y lamentablemente lo han logrado en lugares como Tamaulipas.

Por tanto, nos corresponde impedir que la muerte de estos compañeros sea en vano o se logre el objetivo inicial de callarlos y que sean olvidados. Esta vez fue por Marco.

domingo, 22 de julio de 2012

Aventura en Laredo

Un viaje que iba a ser de ida y vuelta el mismo día, según lo planeado originalmente, se extendió más allá de lo deseado por una causa diferente al propósito original, a la vez propia y ajena.

Hace dos semanas fuimos a Laredo, Texas, de entrada por salida, propósito que nos había costado levantarnos muy temprano.

Tras un buen recorrido por el principal centro comercial de esa frontera gringa (Mall del Norte), nos disponíamos a encaminarnos hacia la siguiente tienda. Fui por el automóvil para que los demás no se asolearan; subí las cosas que traía en la mano a la cajuela y me disponía a abrir la puerta del conductor cuando la llave no funcionó...

Extrañado, miré y ¡resulta que le faltaba un pedazo! Lo primero que hice fue buscar alrededor por si el otro extremo se había caído, pero no; comprobé que la otra mitad permanecía dentro de la cerradura de la cajuela, por lo cual podía solamente abrir y cerrar este compartimento con el pedazo de llave externo.

Tras comunicar la noticia, y algún reclamo sobre qué fuerza bruta he de haber aplicado para que la llave se rompiera, acudimos a la seguridad del mall a pedir ayuda. La solución ofrecida fue buscar un cerrajero en las páginas amarillas, porque ellos no podían hacer nada.

La misma respuesta la obtuvimos del seguro, de la policía de la ciudad y de la del condado, uno de cuyos oficiales buscó en su teléfono números de teléfonos de quienes ofrecían el servicio. Encontró un total de 14, que fueron anotados por mi madre.

Con este panorama se nos fueron algunos dólares en teléfonos públicos, pero sobre todo mucho tiempo yendo de un lado a otro buscando una alternativa, marcando (ayudados por la dependienta en una tienda departamental, que amablemente y solo por ayudarnos hasta de su teléfono personal marcó algunas opciones) números de cerrajeros. Hasta mi acompañante le pidió a una tía suya en una población cercana a McAllen que hiciera su búsqueda.

El resultado fue inútil: si contestaban, no querían acudir porque estaba lejos (¡como si Laredo fuera tan grande!), no hacían ese servicio (sacar la parte de la llave de la carredura y/o hacer una nueva), no manejaban esa marca de automóvil (y por tanto no querían si quiera pensar en la posibilidad de intentarlo) o de plano ya era tarde en sábado. Vaya, hasta el celular de un cerrajero en Nuevo Laredo nos ofrecieron, pero no logramos comunicarnos con él. Pero ningún cerrajero de Laredo dio alguna solución.

El problema sería que era sábado en la tarde y probablemente ninguno tenía tanta necesidad de trabajo como para molestarse en hacerlo o al menos ir a ayudar. De antemano preveía que esa "ayuda" me saldría cara por el día/hora y por como se cotiza el servicio.

Una cosa ya veíamos cierta: tendríamos que dormir allá. Y la solución vino de chispazo después de un despeje mental, ante horas de concentración desesperada en una solución a lo que parecía más sencillo.

Una de mis hermanas, de vacaciones en sus estudios, tendría que ir con nosotros desde Zacatecas con una copia de la llave que traía mi otra hermana. Así que viajó toda la noche hacia Monterrey y de allí temprano a la frontera para encontrarnos.

Habiéndonos ya puesto de acuerdo en dónde vernos y con la pila agotada de mi teléfono, la esperábamos al día siguiente en una tienda después de desayunar. Sin embargo, las horas pasaban más allá de lo programado y ella no aparecía.

Decidí, por tanto, darme una vuelta hasta el carro, que curiosamente se encontraba enfrente de donde estábamos, solo que en medio de ambos estaba la carretera 35, por lo cual no había más que rodear hacia el siguiente crucero para acceder al otro lado.

Bajo el sol inclemente texano, llegué al automóvil, en el que encontré un extrañamiento de la seguridad del centro comercial indicando que el coche había permanecido allí toda una noche de manera indebida y hasta sospechosa, con advertencia de futura multa.

Regresé al otro lado y encontré un lugar en el que me prestaron un cargador para poner en funcionamiento mi móvil. Cuando la carga fue suficiente para tener señal, recibí al momento un mensaje de mi hermana indicándome que acababa de llegar al carro. Así que tuve que emprender el camino de vuelta.

Me explicó que su tardanza se debió principalmente al tráfico en el cruce del puente fronterizo, que mantuvo a su autobús detenido por mucho tiempo, luego del cual mejor descendió de él y se dirigió al cruce peatonal, es decir, del puente II de Nuevo Laredo al I. Posteriormente llegó a la terminal de autobuses urbanos, que se tardó en emprender la ruta, luego de lo cual se atravesó el tren en su camino.

Así, finalmente el sacrificio de mi hermana terminó con nuestra desesperación ante la falta de respuesta efectiva en el santuario del libre mercado.

domingo, 24 de junio de 2012

Oaxaca

Oaxaca.- Por fin tuve y me di la oportunidad de conocer esta ciudad mexicana conocida en el mundo por sus sabores y su cantera verde, que me ha fascinado.

Esto último desconozco si exista en otro lugar del mundo, --seguramente sí-- pero he estado más acostumbrado a la piedra de color rosa, naranja, amarillo o negro.

Había pasado por aquí de noche y en la periferia en 1996, camino a un campamento juvenil en Huatulco, por lo cual no podía decir que conocía el lugar. En esta ocasión, utilicé mis vacaciones de verano para darme la vuelta.

Oaxaca es probablemente con Michoacán uno de los estados más pintorescos y representativos de México, que aportan gran parte de su personalidad al folclor nacional y representan al país ante el mundo.

De hecho, es una ciudad cuyos habitantes son muy amables y que reciben una buena cantidad constante de visitas extranjeras. Es común también apreciar ferias de productos regionales del país en las que destacan los que vienen de acá.

Hay imágenes que casi se han convertido en cliché de la ciudad, porque son muy representativas o incluso de lo más admirable, arquitectónicamente hablando y justifican el que haya sido denominada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco.

Hablo, sobre todo, del ex convento de Santo Domingo, cuyo templo es verdaderamente impresionante, todo decorado y con gran cantidad de dorados; el barroco-churrigueresco en su máxima expresión, apreciable sobre todo en los techos y en los altares. El museo contiguo es una muy buena y breve colección de los distintos periodos históricos del estado.

Sin embargo, también habia visto varias fotos de la catedral, que me recordó en estilo interior a la Metropolitana de la Ciudad de México, solo que más chica. Y otro edificio reconocido, pero que como quiera es impresionante ver en persona, es el Teatro Macedonio Alcalá, una joya del Porfiriato.

Ya probé una tlayuda, una especie de taco gigante, hecho con una tortilla grande y medio tostada, rellena de frijoles, manteca de cerdo (hay la opcion más saludable de aceite de pepita de calabaza), queso, lechuga y el contenido principal, que puede ser carne, nopales o huitlacoche.

También tuve la oportunidad de tomarme un rico chocolate caliente, que disfruté mientras afuera hacía gala la lluvia característica del verano en esta region. Delicioso.

Y me falta todavia degustar la variedad de moles, mezcales y otros productos como el pan de yema que uno no puede perderse estando aquí, principalmente en los mercados.

Me alegra ver que la ciudad sigue su ritmo normal después de que alrededor de 2006 la economía prácticamente se paralizó con el movimiento magisterial, que recientemente volvió a hacer acto de presencia. Hay quienes son de aquí y que consideran que esa situación no ha cambiado pese al cambio en el partido al frente del Gobierno estatal (en este caso una coalición de opositores al PRI, pero encabezada por un integrante de la izquierda, Gabino Cué, del entonces partido Convergencia).

Pero todo parece indicar que al menos esta ciudad tampoco ha perdido la tranquilidad y relativa seguridad --garantías para el visitante extranjero-- que otras localidades coloniales mexicanas también gozaban y que lamentablemente se ha convertido en una excepción en mi querido México.

Claro que eso no nos ha dejado exentos de sustos... por los potentes cohetes típicos de fiestas patronales que de repente lanzaron a diferentes intervalos en esta tarde y que retumbaron alrededor, seguramente porque fue Día de San Juan.