Hoy cumplí 29 años. Son los últimos 365 días antes de que mi edad se empiece a escribir con un 3 por delante.
Cuando veo hacia atrás, me resulta increíble darme cuenta de cómo ha pasado el tiempo. Dudo mucho que aquel niño de unos seis años imaginara entonces cómo sería en este momento.
A veces me pregunto si estoy preparado para dar el brinco a la siguiente década, pero luego recuerdo cuando llegué a los 20 (entonces con mucho más entusiasmo que ahora frente a lo que viene), y también tenía la duda de estar a la altura de mi edad. Claro que entonces, y ahora, estoy preparado, pero como que a uno le da cierto reparo la prisa del tiempo.
Hoy fue un día tranquilo, de muchas felicitaciones. Es sorprendentemente bonito ver cómo hay más de 50 mensajes en facebook (bendita herramienta que nos señala quién cumple años durante el día y que permite estar en contacto desde diferentes partes del mundo) con felicitaciones y con buenos deseos.
Después de la iglesia, varias familias y amigos de allí fuimos a comer a un restaurante rico pero no muy barato, que como quiera resultó muy agradable. No había planeado nada en concreto por decidia y falta de una buena ocurrencia (siempre se me olvida en estas fechas dónde está la mejor promoción para un cumpleañero), más que ir al cine porque en cierta cadena regalan un combo mediano el mero día con la tarjeta de cliente distinguido. Finalmente esto último es una de mis actividades favoritas y el día es muy propicio para hacerlo.
Probablemente lo que imprima un temor mayor, por decirlo de alguna forma, a esta edad y su aproximación a los 30 (que, by the way, muchos se encargan de recordarte) es que es tiempo de consolidaciones. Ya está uno en una edad donde es responsable total de su vida y acciones y va consolidando su profesión y rumbo laboral.
Para estas alturas, muchos que han dejado huella ya estaban posicionándose en su labor, tenían creaciones propias y destacadas, se estaban dando a conocer, tenían claros sus objetivos...
¿Cómo ando yo? Creo que puedo estar contento de lo que he logrado hasta ahora, pero no estoy conforme, porque considero que necesito consolidarme todavía más, sobre todo en el proyecto periodístico en el que estoy, donde me encuentro aprendiendo lo que para algunos puede ser básico, pero aportando mis conocimientos y experiencia.
Ciertamente veo que estoy en una edad y un momento en el que se me pueden presentar muy buenas oportunidades, incluyendo por supuesto ésta donde me encuentro. Pero continúo con la insatisfacción positiva de la que hablaba aquí hace unos meses, que se refiere a la visualización de mi futuro más distante o ideal, más que el mediato o inmediato, que ya está definido por el momento.
Hace un año celebraba con mis compañeros y amigos del máster en Madrid. Con una fiesta memorable. Hoy me reencuentro con algunos de mi iglesia, después de domingos de ausencia por tener que trabajar ese día (y a la hora de las reuniones). Estas sí son bonitas celebraciones :D
domingo, 30 de mayo de 2010
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