miércoles, 28 de enero de 2009

Reunión FAO

Me acredité para cubrir la Reunión de Alto Nivel sobre Seguridad Alimentaria para Tod@s, que se celebró ayer y antier acá en Madrid, un evento de la ONU a donde asistió para su clausura el propio Ban Ki Moon, secretario general, y el presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero.

De repente el primer resultado fue la frustración porque la información que recabé prácticamente no trascendió en alguno de los medios que tenía programado (lo que sí es que tampoco busqué otros, pero está cuando menos este medio, je je), sea porque no les interesó mucho, ya tenían los cables de alguna agencia de prensa u otra razón.

Pero sí me alegra haber asistido por conocer un poco el ambiente de trabajo español previo a mis prácticas del máster, más que el cómo es una actividad de este tipo, cuyo estilo o formato gracias a Dios conocía por la Cumbre de Monterrey en 2002, aunque sí valía la pena ver su desenvolvimiento en esta latitud.

Lo malo de esta clase de eventos de Naciones Unidas es su repetición de cifras, conceptos y soluciones: todo redundó en el número alarmante de casi mil millones de personas (para ser exactos 963 millones) que sufren hambre en el mundo, la necesidad de que los países más desarrollados destinan más recursos al desarrollo de las naciones a las que les falta, lo necesario que es para éstos últimos que cuenten con infraestructura suficiente que les permita hacerse de los alimentos necesarios, por decir los más importantes.

"Hoy nos encontramos ante una grave crisis financiera y económica, a ella se añade la crisis alimentaria que ha conmocionado a la economía agrícola internacional y ha puesto de manifiesto la fragilidad de la seguridad alimentaria mundial", dijo textualmente en castellano el senegalés Jacques Diouf, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Al entrevistar al embajador de México ante Italia y por tanto representante permanente ante la FAO, con sede en Roma, pude darme cuenta lamentablemente de que en ese sentido nuestra nación no pinta mucho, pese a que está ayudando en esta cuestión a Centroamérica, según las propias declaraciones de Jorge Chen Carpentier, y que puede superar exitosamente los Objetivo del Milenio, que consisten en reducir el hambre y la pobreza a la mitad en 2015, afirmado por Diouf y otros dirigentes de organismos sobre alimentación de la ONU a pregunta expresa.

Aunque la realidad a veces nos diga lo contrario, México ya se graduó en la ONU: ya no es un país receptor de ayuda al desarrollo, sino que su estatus actual es el de donante al desarrollo, es decir, tiene ahora el mismo nivel de responsabilidad que los países tradicionalmente desarrollados.

El que sí figura mucho por Latinoamérica es Brasil, cuyo presidente, Luis Inazio Lula da Silva, al inicio de su mandato se propuso erradicar el hambre en ese país, lo cual también le ha dado reflectores mundiales y ha tenido un rol protagónico en ese sentido, pues incluso un brasileño tiene un buen cargo en sitios de Naciones Unidas dedicados al tema.

Claro que también hay pronunciamientos de ong's que me parecen interesantes, y que en muchos casos son quienes les dan algo de sabor a estas actividades. El mensaje principal en este caso fue la propuesta de una política basada en la micro y mediana agricultura, en lugar de la concentración y acaparamiento de la producción agrícola por parte de algunos, que consideran bien representados en el Banco Mundial y otros organismos allí presentes.

"A medida que se acelera el círculo vicioso de la crisis de precios alimentario, las compañías transnacionales se deslocalizan y se instalan masivamente en los países del Sur ocupando millones de hectáreas de tierra con el fin de garantizarse el control de la producción agrícola a escala industrial para agrocarburantes y la producción de alimentos destinados al mercado internacional", expresa la declaración de 48 organismos de varios países.

Al leer algunos términos típicos de a quienes, gracias al entonces presidente mexicano Ernesto Zedillo, llamamos "globalifóbicos", podemos pensar que es el mismo discurso, pero creo que si lo vemos bien tienen mucha razón; además, sabemos que las grandes compañías no son precisamente unas "damas de la caridad" y siempre buscan un beneficio, así sea ir en contra de la humanidad o la naturaleza.

Además, un proyecto de la Universidad de Alcalá y el gobierno español reunió a caricaturistas del país y de Latinoamérica en "Humoristas por los objetivos del milenio", presentó en postales y un libro que regalaban a los asistentes dibujos con humor negro sobre el hambre y la pobreza.

Otro beneficio adicional del encuentro fue haber conocido en persona al representante diplomático en mi país, el ex legislador Jorge Zermeño Infante, a quien de alguna forma le pude hacer ver la burocracia con la que me topé al querer conocer en su momento el área de prensa de la Embajada.

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