miércoles, 7 de abril de 2010

Nostalgia sin rumbo

El pasado nunca se queda quieto, unos eventos cambian de lugar, otros se olvidan por un tiempo, otros causan remordimientos y otros alegría, pero es así, nuestro pasado es móvil y múltiple
IH

Me niego a estar en un estado continuo de nostalgia de España, mi vida allí o de los viajes que estando allá pude realizar por varios países. Me resisto a estar continuamente volteando hacia atrás sin ocuparme de atender mi presente y futuro en base a esa maravillosa experiencia.

Lo cierto es que he estado nostálgico. Extraño mucho y en estos días me ha dado por recordar a mis amigos, conocidos, paseos, recorridos, actividades y caminatas cotidianas en Madrid.

Y no es que piense que regresando allá todo volverá a ser igual; por supuesto que no, por más que quisiera. Sólo que, al encontrarme en una etapa de decisiones mediatas importantes, me viene a la mente ese periodo como uno de los deseables para reproducir varios de sus elementos en mi vida.

Por ahora lo veo lejano. Y sigue vigente, aunque en modo distinto, la duda que me planteaba en enero: qué es lo que quiero. Y ninguna decisión será fácil de tomar, o claro el rumbo a emprender, si no está resuelta al menos en parte.

Mientras tanto, me he dejado envolver por la rutina y los viajes efímeros, que han socavado mis finanzas. Me he chiflado con gustos y lujitos por tratar de disfrutar el momento. Finalmente uno también trabaja para eso, disfrutar el fruto del esfuerzo. Pero hay que saber administrarlo bien.

En fin, un reencuentro con esa Madrid que dejé vendrá este fin de semana, cuando vuelva a ver una amiga mexicana que vive en la capital española y que me hospedó los últimos días de mi estancia allá. Espero que sea tan agradable como ella es, aunque obviamente estará rodeada de todos sus amigos de acá que querrán verla y hablar con ella.