sábado, 30 de mayo de 2009

Cumpleaños

Hoy he celebrado mi primer cumpleaños fuera de México. Hace un año festejaba un número más en la cuenta de mi vida con la noticia de haber sido becado para estar precisamente aquí.

Días atrás estaba un poco nervioso y hasta preocupado de cómo sería esa experiencia. Los cumpleaños para mí siempre son una ocasión de alegría, donde uno da gracias a Dios por el tiempo vivido, repasa algunos hechos y proyecta ciertos planes o visiones del futuro. Es el único dia donde uno es el importante.

Pero en este caso particular confluía prácticamente con el fin del máster en cuanto a las clases. Este viernes 29 fue el último día de evaluación y conclusión de actividades académicas, para dar lugar al periodo de prácticas. Por eso tenía también una recarga de sentimientos.

Finalmente, tras irnos a celebrar el fin de cursos, a la mera medianoche mis amigos me cantaron "Cumpleaños feliz". Fue estupendo porque todo el lugar donde estábamos se calló y creo que algunos también cantaron. Recuerdo incluso que dos extraños, a los que no había visto ni volví a ver después, se acercaron a mí a felicitarme.

La noche continuó con plática, bebidas y una disco donde hubo variedad de movimientos y canciones, para de allí comer una pizza cerca de dónde andábamos, antes de tomar el autobús nocturno a casa.

La ventaja es que en la mayor parte de esta celebración estuvo por un lado un primo hermano del lado paterno que está temporalmente en Madrid, y por otro lado un amigo de la infancia mío pero más de un primo hermano del lado, que venía además con otro amigo en común de ellos (de mi primo y su amigo). Así que estuve con personas muy familiares de mi país.

Muy temprano en la mañana, recibí la llamada a mi móvil (celular) de mi mamá y mis hermanas desde México. Medio dormido pero consciente hablé con ellas con gusto. También mi abuelita y una hermana de mi papá me llamaron para felicitarme. Ignoro quiénes más se sumen en lo que queda del día, porque finalmente en México son siete horas menos que acá.

Hoy continuará la celebración en mi casa una comida conjunta con mis amigos de acá, que se prevé que cada quien traiga algo típico de su país o región. Probablemente seguida de una salida en la noche. Es lo bueno de tener una idea pero no siempre todo planeado.

domingo, 24 de mayo de 2009

Nostalgias

Hay momentos en que el cerebro parece activar la memoria de una forma asombrosa, no solamente con imágenes, sino más bien con sabores, sentimientos y sensaciones que creíamos olvidados o escondidos en lo profundo de nuestra mente.

Una vez me pasó con un simple café. Sí, un café, y soluble, porque en España se acostumbra en los establecimientos servirlo de máquina y concentrado. Yo estaba más acostumbrado al que se hace hervido y con un filtro cuando se hacía fuera de casa o en algún otro domicilio.

Recién empezamos a rentar el piso cometí la tontería de comprar un café soluble de la marca del súper al que vamos por lo barato, en comparación con cualquier otro. Sin embargo, sabe horrible (es tomable, pero no es bueno), como que se les tostó de más.

Unos meses después de haberlo probado ocasionalmente, aun más mi compañera brasileña de piso, que está acostumbrada a un café más puro, decidí que había que comprar cuando menos uno más bueno. Efectivamente nos gustó más, e incluso casi me hago una taza a diario.

Un día en particular, sin embargo, como que le atiné a la medida de cuando lo tomaba en casa de mi mamá, preparado por ella; entonces experimenté esa sensación profunda de nostalgia...

También me pasó este fin de semana con las lluvias que hicieron su aparición en Madrid, que desde febrero (según escuché a un viejito decir) no caían.

De repente pienso que ponerse melancólico puede ser una tontería, pero recapacito que son momentos que naturalmente pasamos para no olvidarnos de quiénes somos y probablemente reflexionar sobre el rumbo que estamos tomando.

Lo malo es dejarse llevar permanentemente por el sentimiento y cerrarse a lo que uno vive en el momento. Si de la nostalgia uno saca fuerzas para seguir adelante, qué mejor.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Granada

Esta ciudad andaluza muestra ampliamente su origen o florecimiento hispano-árabe, principalmente en su monumento más importante, la Alhambra, que significa fortaleza roja y que es Patrimonio de la Humanidad.

Su centro es como un Madrid en chico: tiene su Gran Vía (en este caso de Colón, eso sí, con edificios más antiguos que los de la capital española, aunque en la confluencia de otras dos avenidas importantes hay algunos que recuerdan a esa zona madrileña), sus plazas y calles estrechas y no precisamente rectas.

Su catedral, que inició como gótica y terminó casi barroca, está encerrada entre las callejuelas y edificios circundantes, excepto por una placita que deja ver apenas el mero centro de la fachada, muy distinto respecto a América, donde en general estas edificaciones tienen junto o enfrente un espacio abierto que las haga lucirse.

En algunas callecitas céntricas se siente el ambiente comercial de las medinas musulmanas, donde abundan las tiendas de recuerdos, incluso atendidas por personas de origen árabe.

Pero todo se encarga de recordar que fue una ciudad conquistada por los Reyes Católicos. De ello dan cuenta monumentos y construcciones. El símbolo de la ciudad, que no es más que el fruto del mismo nombre, está incluso en el escudo de España porque la toma de esta ciudad fue la consolidación del reino unido de Castilla y Aragón y la expulsión del dominio moro en la península.

Sin embargo y pese a que hay muestras de la imposición de elementos castellanos dentro del conjunto de la Alhambra, como el Palacio de Carlos V, la iglesia de Santa María y algunos decorados posteriores a la conquista de la ciudad, afortunadamente se preservó la belleza original del recinto de origen musulmán.

Como en lo que vi en Marruecos, el interior es particularmente hermoso, los techos, las cúpulas y las paredes abundan en detalles, aunque me parece ahora haber visto aquí más inscripciones en árabe que otros elementos.

Lo que no fue preservado como tal fue la medina existente allí, cuyos restos son ahora vestigios arqueológicos, probablemente porque el sitio se dedicó más a ser aprovechado como palacio y fortaleza.

Los jardines son realmente bellos, tanto por el colorido natural verde y de colores de las flores, como las fuentes. Es una delicia pasearse por allí, de lo cual dan cuenta algunos poetas, como Federico García Lorca.

Por su universidad, Granada es un importante centro estudiantil, que se demuestra en la bullante vida nocturna y la tradición del "tapeo", que son la comida o acompañamiento dado junto con la 'caña' de cerveza o bebida que uno pide, que aquí es más generosa que en los lugares castizos.

Esto último fue el principal atractivo para ser elegido como destino del viaje de fin de máster, que realicé junto con algunos de mis compañeros y buenos amigos.

viernes, 8 de mayo de 2009

Seis meses

Este 2 de mayo cumplí ya seis meses en Europa, concretamente en España, de los cuales si juntamos los viajes por países vecinos uno entero me he llevado en eso, pero finalmente la residencia ha sido Madrid, el hogar al que regreso gustoso después de agotadores días de paseo.

En todo este tiempo he tenido la oportunidad de conocer a los españoles, superficial o profundamente, dependiendo del ámbito por supuesto, pero ya con nociones más firmes de cómo son, piensan y actúan. Sin embargo, así pasara 10 años aquí, estas percepciones varían y no siempre son tan acertadas, pues estamos hablando de personas que cambian constantemente, aunque sigan conservando su esencia, y de alguien que tiene las mismas características, por lo tanto, la visión es también parcial por más elementos que trate reunir.

Por ejemplo, prevenido de que los españoles pueden ser toscos o rudos al atender, las impresiones al respecto han sido probablemente más leves para mí que para otros amigos que lo ignoraban o les sorprendió mucho, pero también he conocido a originarios de aquí muy amables, tanto prestando un servicio como pidiendo una información.

Asimismo he descubierto con tristeza que algunos latinoamericanos, que podrían transmitir la alegría y la calidad propias de nuestra región, son quienes llegan a adoptar peores modos y formas de servicio ya estando instalados y trabajando aquí.

He conocido y experimentado que uno puede estarse muriendo en la calle y a nadie le importa, pero también que generalmente hay alguien dispuesto a invertir su tiempo y recursos en auxiliar al que ve con necesidad, y con total filantropía.

Otra cuestión similar tiene que ver con la percepción general de mi país, principalmente en los medios de comunicación generalistas de acá. Hice una pequeña colaboración para etcétera, una revista mensual especializada en medios de comunicación con quien he colaborado en el pasado y con la que retomé contacto.

Me pidieron escribir una perspectiva del tratamiento en España sobre la llamada gripe porcina o norteamericana. Este fue el resultado del intento inicial, que fue inmediatamente publicado esta semana por la prisa en ponerlo en la página de Internet: http://www.etcetera.com.mx/textoinfluenza004.asp

Aunque no estoy satisfecho con el resultado en general, sostengo la percepción general del tratamiento de temas mexicanos por mi experiencia de seis meses de estar analizando esporádicamente la prensa ibérica.

México aparece como una nación donde ocurren rarezas y no como uno de los más importantes del mundo que habla la misma lengua que este país. Acostumbrada a considerarse el ombligo del mundo hispanoamericano (y esto dicho por españoles), para España es difícil reconocerlo, sobre todo en tiempos de crisis económica que le están pegando duro y que dañaría más su ánimo.

La comparación que hago entre los contenidos de El Mundo y El País no quedó clara allí, por lo que procedo a ampliar para quienes ya leyeron el vínculo puesto arriba. Las afirmaciones del periodista del primer periódico generalizaban sobre una carencia de servicios de salud en México sin ningún contexto más que las intenciones gubernamentales de lograrlo.

No me "desgarro las vestiduras" porque es cierto, y a veces es muy efectivo que se señale para promover un cambio positivo en esa penosa realidad. Sin embargo, mi molestia estriba en que, en lugar de que un lector español conozca más la realidad de mi país, contribuye al prejuicio o la desinformación. Por eso lo descalifico al estar escrito desde Madrid y sin alguien que respalde esas afirmaciones, a excepción de médicos radicados acá y sin el contexto de cuándo conocieron eso que sostienen.

Pero el del segundo diario describía mejor esas condiciones con el contexto de que al mismo tiempo se tiene una medicina de primer nivel. Me gustó la imagen con la que contextualiza esta situación y los pasos que ha estado esta nación latinoamericana en ponerse de tú a tú con las economías más desarrolladas: "La imagen que México está ofreciendo estos días al mundo es la de un gigante al que se le quedaron cortos los pantalones" (El País, domingo 3 de mayo 2009).

domingo, 3 de mayo de 2009

Casablanca

Finalmente la última etapa de mi viaje marroquino... Casablanca, que las guías aclaran que nada tiene que ver con la película hollywoodense del mismo nombre (no la he visto para confirmarlo), una de las ciudades más grandes de África.

Por tanto posee un movimiento propio, más allá del turismo, que aunque sí está presente, es probablemente menor que en otros sitios o poblaciones con más atractivo para los visitantes extranjeros.

Crecida principalmente a partir de que Francia tomase control del territorio del actual Marruecos, la ciudad desarrolló un estilo arquitectónico que combina lo europeo y lo arábigo, que puede verse en los edificios de calles céntricas, algunos de los cuales por desgracia han caído o se están cayendo por falta de restauración.

Otras edificaciones, sobre todo las de instancias públicas, están más en pie. El blanco es el color dominante de todas las que recientemente han sido recubiertas de pintura.

Lo que para mí simboliza la estabilidad y poderío que la monarquía quiere mostrar al mundo, es el atractivo turístico principal: la mezquita de Hassan II, una de las más grandes del mundo musulmán, construida a la orilla del Atlántico entre los años 80 y 1995. Sobre el modelo de otras más antiguas, su decorado interior y exterior es asombrosamente bello, afortunadamente es una de las pocas en el mundo que pueden visitar los no musulamanes, en ciertos horarios.

La ciudad también cuenta con su medina (casco histórico), que está muy bien delimitada por una muralla, y donde como en todas se pueden encontrar numerosas mercancías, principalmente recuerdos o souvenirs.

En todas las medinas y comercios que conocí de este país me sorprende la habilidad y disposición de vender. Ahora de verdad entiendo por qué en México decimos que alguien es "árabe" cuando le gusta estar vendiendo y comerciando cosas.