lunes, 27 de abril de 2009

Gripe norteamericana

España confirmó hoy el primer caso de la llamada influenza porcina (o "gripe norteamericana", como afirma la Organización Mundial de Sanidad Animal que debe llamársele) en su territorio, el primer país de la Unión Europea en hacerlo. Es un joven de Albacete internado en un hospital, días después de haber llegado de México.

Varios países (incluido Rusia, con quien hasta lo que sé no tenemos vuelo directo) instalaron desde el fin de semana retenes o espacios especiales para vuelos procedentes de esa nación americana, medida que se ha generalizado en el mundo. Desde Madrid y Bruselas (la Comisión Europea de Salud) ya se recomendó expresamente evitar viajar a México, siempre y cuando no sea muy necesario.

Terribles los efectos que tendrá en el sector turismo y la economía en general del país, junto con la suspensión por semana y media (aprovechando el puente que se atraviesa con dos fechas festivas) de las clases en todo el país.

Prácticamente todo el mundo está al pendiente de mi país. Es algo que debería alegrarme, pero no en este sentido. De repente he pensado que seremos repudiados por el simple hecho de ser mexicanos, aunque de entrada no se imaginen que algunos llevamos meses sin estar en contacto con nuestro país. Es curioso sentirse parte de lo que está siendo señalado casi como 'apestoso'.

Toda esta serie de anuncios y sucesos, de casos hallados en tal o cual parte, de medidas de protección, de alerta de países y organismos internacionales, me hace recordar "Ensayo sobre la ceguera", de José Saramago, donde una epidemia de 'ceguera blanca' va inundando el mundo.

Ya nada más nos preguntamos y enteramos de en dónde aparece un nuevo caso y la preocupación (por no decir incluso que histeria) aumenta. El nivel hasta este momento a nivel internacional por la Organización Mundial de la Salud es de 4 (de un total de 6), que implica un riesgo de contagio de persona a persona, previo a lo que sería una pandemia.

Afortunadamente, desde que se dio a conocer, las autoridades mexicanas han reaccionado responsablemente. Mientras tanto, seguiremos al pendiente de la situación.

domingo, 26 de abril de 2009

Muertas de Juárez

Hago una breve pausa en el relato de mi viaje a Marruecos por un tema que, pese a que evidentemente sea eclipsado por los casos de influenza porcina registrados en México, deberá captar la atención del país esta semana, aunque en este se produzca a unos siete mil kilómetros de distancia.

Se trata de la audiencia que tendrá el próximo martes la Corte Interamericana de Derechos Humanos en Santiago de Chile y donde recibirá a los familiares de las víctimas de las muertas de Juárez, mujeres jóvenes que fueron secuestradas, violadas y asesinadas, cuyos cuerpos aparecían en terrenos baldíos de Ciudad Juárez.

Al gobierno mexicano, que estará representado por una delegación de funcionarios, se le acusa formalmente de violar los derechos humanos en relación a este amplio tema a partir de un caso particular, conocido como "Campo Algodonero".

Inédito en el seno del tribunal autónomo continental, el resultado será determinante para la lucha contra la violencia de género en esa frontera de Chihuahua, donde se registran casos de este tipo desde 1993, México en general, Latinoamérica y hasta Europa, por lo que algunas organizaciones europeas están apoyando a la delegación acusadora mexicana y siguiendo de cerca el proceso.

Es así como me topé con este tema que ha sido publicado hoy como tema principal de portada por la revista Milenio Semanal con la firma de un servidor, la primera vez que me ocurre esto.

Tuve suerte de que un periodista mexicano que ha investigado ampliamente esto, y que incluso lo ha plasmado en un libro, estuviera en Madrid en esos días y fuera accesible para entrevistarlo, al igual que dos de los asesores internacionales, gracias a los cuales me contacté con los directamente implicados en el proceso.

El Consejo General de la Abogacía Española anunció en una rueda de prensa su participación en el proceso, aunque de una manera que se dio a entender que ellos serían los defensores de las madres que piden justicia por la falta de una investigación y un proceso judicial adecuados en el caso de los fallecimientos violentos de sus hijas, cuando contribuyen con asesoría e incluso gastos de traslado de las mismas hasta la capital chilena.

“La sentencia va a ayudar para que todas las promesas se materialicen, que ese sea su efecto, que de una vez por todas seguirá una solución real y práctica y eficaz del problema”, confió el abogado Emilio Ginés, integrante del consejo y uno de los asesores de los juristas mexicanos David Peña y Karla Micheel Salas, que llevan el caso junto a cuatro asociaciones civiles.

De repente uno piensa, y fue ese el ángulo y el interés que suscitó la mala interpretación de la noticia, que las cosas funcionan sólo mejoran cuando un externo se hace cargo de ellas o que un país de los llamados "más desarrollados" es el que tiene que dar lecciones a los que considera como menos afortunados.

Lo cierto que es que para España, el caso es particularmente interesante porque en su seno se dan casos brutales de muertes de mujeres a manos de sus parejas. Al ver algunas noticias de los medios de comunicación locales, me llamaba la atención los casos de lo que aquí se denomina "violencia machista".

De acuerdo al Ministerio de Igualdad español, las muertas por violencia doméstica y de género el año pasado en España fueron 75. Hasta abril de este año la cifra ha llegado a 11. Entre 2000 y 2008, unas 580 mujeres perdieron la vida en esta nación a manos de sus parejas o ex parejas.

Las determinaciones de la Corte Interamericana tienen repercusión en otras latitudes, por ser precisamente los derechos humanos un asunto universal.

En tanto, los responsables mexicanos de la defensa esperan que la decisión del tribunal continental permita dar un paso importante en la obtención de justicia hacia los familiares de las víctimas, lo cual consideran un "ideal lejano", de este caso particular y los que están relacionados.

Fue interesante adentrarme en un caso del que había oído hablar mucho, como ciudadano y periodista mexicano, pero del que sólo escuchaba más seguimientos que ver el problema de fondo de la falta de actuación efectiva de las autoridades y las irregularidades que han prevalecido.

Comparto ahora la liga en Internet a mi artículo, para quien deseé profundizar:
Por las muertas de Juárez, México será acusado ante la CIDH
http://semanal.milenio.com/node/435

miércoles, 22 de abril de 2009

Marrakech

Toca el turno a esta ciudad que realmente es un encanto, tanto por las particularidades que uno encuentra en ella como las facilidades que ofrece al turista. Es una de las poblaciones con mayor afluencia de visitantes de Marruecos, por lo que ofrece múltiples servicios y opciones de comida, alojamiento y paseo.

Ha sido residencia del monarca en turno, por lo que hay un recinto real, y de hecho es la que por lo mismo ha dado el nombre al país. Su medina (casco antiguo) es grande y nombrado Patrimonio de la Humanidad.

Su plaza principal, Jema El Fna, es un colorido a la vista y al oído, puesto que allí uno puede comprar un vaso de jugo de naranja o hasta de toronja a cualquier hora del día, ver durante el día a los encantadores de serpientes y a los que tienen monos para que uno se tome foto con ellos, o cenar alguna especialidad local sencilla en cualquiera de las mesas que se instalan cada noche.

La música, el ruido y el ambiente que la distinguen han hecho que esté incluida en el Patrimonio Intangible de la Humanidad por la Unesco. Los instrumentos musicales, que en ciertas horas de la tarde dan lugar al llamado a la oración por parte de la mezquita principal, Kotubiya, cuyo alminar es hermana de la Giralda de Sevilla (fueron diseñadas por el mismo arquitecto) y las que circundan la plaza.

Además de los monumentos que están a simple vista, hay la posibilidad de conocer por dentro una antigua medersa o escuela coránica, donde puede apreciarse la riqueza de los detalles del arte hispano-árabe, ahora no sólo en las puertas, que siguen siendo hermosas y muy bien elaboradas, sino en el techo, las columnas e incluso el piso, con azulejos y diversas formas que caracterizan el decorado interior y exterior; no hay formas humanas ni animales, sólo figuras geométricas, trazos, y demás. En la exhibición de arte contemporáneo, sí había ya algunos cuadros con formas y figuras humanas y animales, pero esto es muy reciente.

En el interior de uno de estos edificios abiertos al turismo y que funciona como museo, hay un patio techado pero con música ambiental de fondo que permite a uno adentrarse en el espíritu religioso musulmán. Hay sillas y cojines donde uno puede sentarse tranquilamente.

Otras salas exhiben una colección de vestuario, adornos y hasta armas (cuchillos, pistolas, pequeñas espadas) de la región, sobre todo bereberes, una de las principales tribus de la región. En otro de los edificios de este conjunto, está la representación de los cuartos de estudio donde antaño estuvieran los educandos del islamismo.

Me faltó por conocer los famosos parques de esta ciudad, que si los exteriores que vi de algunos lugares son bellos, esos deben ser bellísimos, como lo leí en su momento. Pero por lo que conocí me encantó este lugar.

miércoles, 15 de abril de 2009

Fez

Esta fue la segunda población en mi ruta marroquí. Una de las ciudades imperiales (han sido cuatro) que han sido las sedes del poder. Por lo pronto, en ella hay un Palacio real que sigue en uso, y del cual de hecho no deja tomar fotografías (van los guardias de seguridad a que les muestres tu cámara y te hacen borrar las imágenes, así como lo leen).

La medina (casco antiguo) de esta ciudad contiene muchos monumentos y edificios singulares, pero también abundan los zocos (gremios de artesanos) con sus respectivos comercios, y todos ellos tratan de vender lo más posible al turista, ya sea a fuerza de insistencia y/o regateo.

Las calles laberínticas, pero sobre todo la ubicación difícil de estos lugares dentro de la medina, hace que uno se pueda perder fácilmente, pero lo peor es que uno se ve rodeado de muchachos que le insisten en solicitar sus servicios como guías, de tal manera que prácticamente uno no puede continuar sin uno, pues ya teniendo uno al lado los demás le dejan en paz.

Lo impresionante es la facilidad de idiomas que manejan estos chicos, aunque digan que lo han aprendido en la escuela, la mayoría lo aprende por escuchar y tratar con los extranjeros. Lo mismo pasa con los comerciantes y los "guías" de los zocos, que más bien son vendedores netos aunque sí te dan una explicación de cómo hacen las cosas.

Este tipo de lugares de memoria histórica es un conjunto de dos mundos distintos: la medina y sus barrios antiguos, con sus monumentos, puertas, murallas, el bullicio de la gente, los turistas, los comercios; y la llamada ciudad nueva, que es como cualquier población más actual, con sus calles, parques, rotondas, transporte urbano y tráfico.

En este caso, por la ubicación geográfica en la que se encuentra la medina (se encuentra entre pequeños cerros) y debido a que preserva casi totalmente el resguardo su muralla, la diferencia es más clara que en otras ciudades, donde la urbanización más moderna ha rodeado y confinado a las medinas en un cierto lugar (Casablanca) o donde ambos mundos se entremezclan, por más división tangible que exista (Tánger, Marrakech).

domingo, 12 de abril de 2009

Tánger

Fue mi primer contacto con Marruecos y África en general. Muchas personas vienen por mar desde España, pues incluso yo mismo pude ver a lo lejos una pequeña parte de la península ibérica, pero llegué en avión a este puerto.

La panorámica de la ciudad fue muy bonita, pues al pasar junto a la ciudad en el aire (en dirección al aeropuerto, que se encuentra al sur de la misma) se veía como el mapa de ella en la guía que llevaba.

Así pude verla rodeada de cerros o pequeñas montañas con cierta vegetación, pues invierno y primavera es cuando se pone más verde, en verano el ambiente es seco. Tenía un poco la impresión de que sería más o menos desértico, pero me sorprendí de que al menos esta parte del norte del país no.

De las que conocí, fue una de las poblaciones más occidentalizadas (en el sentido común del término), por los edificios y construcciones estilo europeo que datan de la época en que fue territorio internacional (tuvo exención de tasas aduanales) y por lo cual prosperó un tiempo.

Pese a lo anterior muestra orgullosa su identidad islámica, tanto desde los recintos musulmanes de alrededor de la medina (que es como se denomina al casco histórico de cada ciudad y donde generalmente abundan los comercios, sobre todo de artesanías y recuerdos), como en las partes más modernas de la ciudad.

Había, por ejemplo, una mezquita (la de la foto) moderna pero con todo el decorado tradicional y artístico árabe, y un minarete grande. Y, aunque el hotel donde me quedé no estaba precisamente cerca de uno de estos templos, fue donde por primera vez escuché a tempranas horas de la mañana el llamado a la oración que se hace diariamente desde esas torres.

Aquí fue donde me enfrenté cruda y directamente con la realidad del intento constante de aprovechamiento del turista por parte de la población local. Pero eso, que fue al mero inicio de mi exploración del lugar y del país, me sirvió para estar prevenido en delante.

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Pasando ahora a lo de la pérdida del vuelo original de regreso a España, escribí una carta de reclamación a la aerolínea, Easyjet, para exponerles mi caso, solicitar un reembolso del costo del cambio de reserva (total, vale la pena intentarlo) argumentando la falta de disposición de su personal en la terminal aérea de Casablanca y la queja del que consideré mal trato recibido por el mismo.

Y es que la persona que me tuvo que atender en el módulo de información de la compañía aérea, a quien le insistí que hiciera más intentos para hablar vía telefónica con la encargada del proceso de abordaje, a fin de que considerara permitirme tomar el vuelo, y se negase después de que no le tomaron la llamada para hablar en una segunda ocasión, me llegó a decir literalmente que le estaba “haciendo perder el tiempo”.

En un primer momento, tras haber hecho un primer contacto, aquélla había dicho que no era posible; pero la manera en que escuchaba cómo le decía por el auricular, aunque fuera en árabe y que no entendía ni una palabra, consideré que no ayudaba si quiera a que realmente tomara en cuenta la petición, por lo cual hacía la petición de volver a llamar.

Para hacer justicia periodística dando la otra versión, me permito incluir aquí unos fragmentos de la respuesta, que me pareció satisfactoria porque al menos expresan entender 'las dificultades derivadas de moverse en un país extraño y en un idioma que no es el propio', a pesar de lo cual descartan la posibilidad de algún reembolso con base en la mención de varios artículos de las condiciones de transporte.

"Ante todo lo expuesto, sentimos mucho no poder acceder a su petición. Le rogamos que comprenda que en la compañía existen unas normas establecidas, que no podemos hacer excepciones y que tenemos que adherirnos a la política de la empresa”.

Lo que me pareció una postura más satisfactoria de la empresa fue lo siguiente:

“En cuanto a lo sucedido con el agente en el aeropuerto de Marruecos le informamos que hemos escalado esta situación a nuestros superiores para que tome las medidas pertinentes, puesto que en cualquier ocupación que implique prestarle un servicio al cliente (responder a sus preguntas, explicarle cuales son sus posibilidades ante casos como el suyo) se tiene que hacer sobre la base del respeto, la cortesía y el deseo de ayudar, quedando el maltrato fuera de toda posibilidad".

Totalmente de acuerdo.

jueves, 9 de abril de 2009

Mohamed V

Cada ciudad mediana o grandemente importante de Marruecos tiene una avenida con este nombre, que es el del rey al que los franceses mandaron al exilio y que años después, tras estallar la guerra de independencia, regresó victorioso a gobernar el país. También el moderno aeropuerto de Casablanca lleva su nombre.

Precisamente allí pasé la pasada noche, fue la primera vez que me quedé en una terminal aérea. No fui el único, había por allí unos italianos, unos franceses y de otras nacionalidades, incluso marroquíes, cuyos vuelos salían casi al mismo tiempo que el mío o muy temprano en la mañana.

Dormí a intervalos apenas lo suficiente para poder sostenerme, además de haber llevado allí algunas provisiones sencillas compradas en un supermercado, que me permitieron cenar y desayunar allí mismo: refrescos, agua, pan, yogurt, chocolates...

Aunque definitivamente no creo que la sea la única vez que lo tenga que hacer, ya sea en este caso por necesidad económica y miedo a que volviera a pasar lo mismo (puede sonar exagerado, pero más vale no arriesgarse, je je), fue una aventura para ejercitar la paciencia: ver cada hora pasar, calculando en cuenta regresiva cuánto falta para que inicie el registro del propio vuelo.

Lo bueno de ello fue que pudimos admirar mejor una exposición filatélica de la oficina de correos marroquí y unas esculturas que representan elementos típicos o característicos del folclor y las tradiciones locales, así como la limpieza coordinada y en equipo del piso de la terminal en que nos encontrábamos.

Finalmente hoy ya pude tomar el tan ansiado vuelo. Con profundo sentido de observación pude darme cuenta de lo que sospechaba: el dichoso abordaje no inició tan pronto como se supone me dijeron el anterior que es, o sea, inmediatamente al cerrar el proceso de facturación, se tardaron hasta 10 minutos para iniciarlo...

Por lo pronto lo importante es que ya pude regresar a Madrid.

miércoles, 8 de abril de 2009

Vuelo fallido

Casablanca.- Estoy un día más en Marruecos porque perdí mi vuelo ¡por menos de cinco minutos tarde (cuatro, para ser exactos)!

El vuelo salía a las 13:20, llegué a facturar a las 12:44 y este proceso había terminado a las 12:40; ya ni siquiera había personal para atenderme, sólo un módulo de información de la aerolínea más al fondo.

Es la primera vez que me pasa esto, y siento una furia terrible por esta inflexibilidad de la línea aérea, Easyjet, con quien no había tenido problemas, y que la verdad se retarda a veces, sin que incluso uno llegue a reclamar pues tampoco es para tanto.

Eso sí, ya me había salvado de eso en Bucarest, donde gracias a la amabilidad de quien atendía en el aeropuerto Otopeni pude tomar el vuelo pese a que había cerrado oficialmente la facturación. Lo malo es que acá hubo una completa indisposición del personal local, lo cual me da mucho coraje e impotencia.

Claro, la responsabilidad es de uno y nadie más, a pesar de que hay muchas razones que uno puede esgrimir: según yo había tomado previsión de tiempo (tampoco quería exagerar), la información sobre el tren que va a la terminal aérea no fue la más correcta posible, y que no hubiera taxis disponibles para llevarme a otra estación ferroviaria para tratar de alcanzar un trayecto anterior al que tuve que esperar; de tal manera que estuve muy tarde para abordar el que me dejaría más a tiempo y muy temprano para el siguiente, que me haría llegar al filo del cierre de la facturación.

De eso sólo queda la pena de gastar más (pese a que técnicamente quedé en bancarrota con este viaje) para cambiar al vuelo del día siguiente, buscar dónde dormir y retrasar los planes que se tenían al regresar a Madrid, que aunque no muy importantes significaban ya un descanso del actual traqueteo.

Esta pesadilla, de no poder tomar el vuelo según lo planeado, me ha sucedido en lugares costeros de habla francesa, con amplia presencia musulmana y en un miércoles. Por supuesto que no quisiera que me pasara en otro contexto, pero ¡extraña coincidencia, no?

lunes, 6 de abril de 2009

Marruecos

Marrakech.- Llegado a este ciudad suponía que iba a tener una mejor vivencia de este país, y afortunadamente en principio no me equivoqué.

Este viaje ha sido peculiar, no tanto por las diferentes cultura e idioma, aunque sí influyen. Para ello tendré que retroceder a dos experiencias previas en sendos días: las ciudades de Tánger (donde aterrizó mi avión el viernes desde Madrid) y Fez, el destino el sábado.

En ellas descubrí con tristeza como todo mundo aquí quiere sacarte provecho y el mayor dinero posible, como sea, ¡es horrible!, de verdad, y más cuando vas solo como yo y no tienes con quién desahogarte, je je. Ello no quita méritos a lo bueno y bonito que he conocido hasta el momento, pero llega a desanimar a cualquiera.

Me pregunté varias veces quién tiene la culpa de esto, si nosotros los turistas por venir a conocer un país como algo exótico o interesante por lo raro que nos puedan parecer algunas costumbres, paisajes o monumentos; o los lugareños, que ante la dictadura en la que viven no tienen otra manera de la cual echar mano para salir de su penosa situación económica y por eso un turista es una fuente segura de ingreso, por mínimo que sea.

Probablemente sea una combinación de ambas, aunque lo cierto es que resulta muy difícil entablar alguna conversación con algún marroquí, porque por más que la información brindada sea cierta (en algunos casos no resultó tan así, mas sí hubo una cierta referencia), está para él un signo económico de por medio. Claro, pagan justos por pecadores, pero así me ha ido en el baile.

Afortunadamente, llegué anoche a esta ciudad (tras 9 horas de viaje en tren, prácticamente todo el día y con una panorámica de paisaje muy similar a los estados nexicanos de Durango, Guanajuato, San Luis Potosí y Zacatecas, porque hasta nopales había), y el panorama cambió: en este caso es un alivio verse rodeados de tantos turistas, pues esta es una de las poblaciones que más vive de ellos, pero ya sin tanto acoso.

Tan pronto como llegué, establecí contactos amistosos con quienes están geográficamente cerca de algún modo: un español que también anda solo, y una pareja de gringos (estadounidenses), uno de los cuales partió de la ciudad esta mañana al igual que el ibérico, pero fueron muy buena compañía.

Pero hay muchas cosas qué contar de este país, que espero hacer más adelante.

miércoles, 1 de abril de 2009

Brasov

Esta ciudad del sur de Transilvania, prácticamente al pie de los Cárpatos, es un encanto, pues además de sus construcciones medievales bien conservadas, restauradas o reconstruidas, está rodeada de la naturaleza, pues en sus inmediaciones están montañas arboladas que arropan su centro histórico.

Le criticaría que la "Iglesia negra", uno de sus principales atractivos y el templo gótico más grande del país, cierre precisamente ¡en domingo! De tal suerte que no pude verla por dentro, pues la tarde anterior tuvimos durante el día los recorridos anteriormente mencionados, y fue el domingo cuando mejor conocimos esta localidad.

Sus casas grandes y de estilo afrancesado, pero con toques propios o regionales, permiten ver el esplendor que tuvo entre finales del siglo XVIII e inicios del XX. Montones de casas bonitas en su fachada (habrá que ver cómo se conservan por dentro, claro).

Población netamente industrial y comercial, lo cual puede verse saliendo del casco antiguo, parece más adecuada para tratar al turista o visitantes que la misma capital rumana. Y es que su atractivo hace que de aquí partan otras excursiones a lugares cercanos y que también tienen lo suyo.

Fue aquí donde entré por primera vez en una iglesia ortodoxa, una interesante experiencia pues si bien las iglesias tienen una estructura arquitectónica similar a las que conocemos, ya sean católicas o protestantes (me refiero sobre todo a construcciones antiguas), por dentro son muy distintas.

Para empezar, no hay bancas o asientos, los cultos ortodoxos son de pie; pero también por la decoración, es abundante la pintura, principalmente por todo el techo y las paredes, con los íconos característicos de esta creencia (estilo bizantino).

Me tocó, en una de las dos iglesias en las que entré, una especie de ceremonia donde las personas sostienen unas varitas, como de incienso (o a lo mejor lo son, pero no pregunté y no percibí ese olor), y en la tiendita dentro de la iglesia (sí, porque allí surten a los feligreses de lo necesario, faltaba más, ja ja) vendían además de eso una especie de panes redondos que acompañaban a esa varita.

Probablemente era una ceremonia especial, alguna especie de Día de Muertos, lo desconozco (si alguien lo sabe, lo puede expresar en los comentarios, por favor), porque en ese mismo templo al que me refiero había dos puestecitos en el patio frente al propio edificio (atrio), con varios de esos palitos encendidos. Creí haber leído y entendido que uno era por los vivos y otro por los muertos, siendo éste el más animado y concurrido.

Pero hay otro hecho que, como mexicano, fue una total sorpresa al llegar a esta ciudad: la bandera de mi país estaba colgada de uno de los edificios más emblemáticos de este lugar, junto a la de Rumanía y la de la Unión Europea.

Resulta que, por haber una exposición sobre arquitectura mexicana, auspiciada por la UNAM y la Secretaría de Relaciones Exteriores de mi país en el museo de historia regional, la bandera estaba allí ondeando en el edificio que lo alberga, la Torre de las Trompetas, que está en la plaza principal del casco antiguo y que era el antiguo palacio municipal.

Alegra ver un elemento de la propia identidad nacional en un lugar del mundo donde uno no se lo espera. Podría tomarse como el colmo de mi nacionalismo, pero no llego a tanto, de verdad. Amo a mi país, pero soy también muy crítico con él.

Sin embargo, por favor vean esta última foto: ¿a poco no se ve bonita la enseña mexicana en esta plaza transilvana?