domingo, 13 de marzo de 2011

Gustavo Parajón

Hoy ocurrió una terrible noticia, que me tomó muy de sorpresa: Falleció el dr. Gustavo Parajón, pastor emérito de la Primera Iglesia Bautista de Managua, Nicaragua, a quien tuve la oportunidad y el gusto de conocer en mi visita de fin de año.

Además de que, iniciando obviamente por su familia, no tendremos ya la dicha de tenerlo por lo pronto entre nosotros, me da mucha pena su partida porque estaba decidido (creo que incluso ya había iniciado aunque sea modestamente) a escribir sus memorias.

Estoy convenciado que éstas serían enriquecedoras para muchos en ese país y aún fuera de él, sobre todo quienes quisiera abundar en la historia reciente de esa nación centroameircana que fue la obesión de Ronald Reagan, particularmente la guerrila que llegó al poder y que enfrentó una contrarrevolución financiada por Estados Unidos.

Confieso que casi me ofrezco de ayudarle, porque el problema era ponerse a escribir y a él le resulta más fácil contar sus experiencias. El problema es que estoy en México y él estaba allá; tal vez por eso fue un poco insistente en que debería considerar irme allá, como lo hizo mi pastor y su familia, a quienes fui a visitar.

Él estaba tan entero, bien lúcido, alegre y activo, que se me hace tan difícil pensar que esta mañana (desconozco si esta madrugada mientras dormía, por ejemplo) simplemente dejó este mundo para reunirse con su Creador, a quien prácticamente le dedicó su vida.

Gustavo Parajón, por cierto con algo de raíces mexicanas por parte de su madre, que era de Saltillo, fue un hombre que dedicó su vida en favor de su pueblo, tanto a través de su pastorado como a la utilización de su profesión, la medicina.

De allí que haya un Hospital Bautista en Managua, actualmente bajo el control de una administración totalmente ajena a los Parajón, y una organización social llamada Amos, dirigida por su hijo, que realiza brigadas en el interior del país centroamericano.

Su activismo también provocó envidias, lamentablemente vigentes al momento de su muerte, pero que no impidieron que su legado siguiera vigente.

Una de sus participaciones más destacadas se dio como enlace para las conversaciones de paz entre el gobierno de la revolución sandinista y los contras, que finalmente derivó en un acuerdos para terminar el conflicto armado interno. Esa fue una de las razones por las cuales hizo amistad con Jimmy Carter, el ex presidente estadounidense que puso fin a la ayuda de su país a la contrarrevolución.

Definitivamente la ausencia del dr. Parajón dolerá muchísimo a su familia, comunidad y seres queridos alrededor del mundo, entre los cuales humildemente me considero.

Pero nos deja un valioso legado de lucha y compromiso sociales que hay que mantener.

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