domingo, 27 de septiembre de 2009

Aranjuez

Quise ir a este palacio que, junto con sus jardines, es Patrimonio de la Humanidad en la categoría de paisaje urbanístico cuando todavía hiciera un poco de sol y calor para poder apreciar la naturaleza en su apogeo.

Me tardé un poco (recomiendan ir a inicios de junio, cuando apenas está iniciando el verano) pero la ocasión resultó inmejorable porque había mucha luz solar, amainada por varias nubes y lo pude aprovechar con mi ex compañera de piso brasileña, que vino de visita desde Lisboa.

Así que el recorrido fue estupendo por lo que veíamos y la convivencia que teníamos pendiente desde que el destino de nuestras prácticas del máster nos habían separado unos tres meses atrás.

De Aranjuez es de destacar el palacio real, en cierta manera más chico y sencillo que el de Madrid, pero para nuestro gusto más elegante, porque no tiene la saturación de elementos y ostentosidad de su par madrileño (curiosamente uno de los pocos palacios reales españoles que no tienen la categoría de universalida de la Unesco), por lo que sus muebles y elementos ornamentales se pueden apreciar mejor.

De entrada, su fachada principal tiene un buen contraste de colores ladrillo con cantera beige con dos bonitas cúpulas a los costados del complejo. Todo él evoca al centro de descanso de la realeza desde tiempos de los reyes católicos y que fue ampliado y mejorado por los Borbones. Una de esas cúpulas debe ser la pertenenciente a un salón árabe, decorado con el estilo que floreció en La Alhambra y Marrakech, por ejemplo, y que quedó precioso reproducido en ese recinto.

El museo se compone de los cuartos con mobiliario y decoración originales del palacio, así como de una sección denominada "la vida en el palacio" donde están exhibidos juguetes y cunas de los reyes Alfonso XII y XIII, así como los trajes del rey y los vestidos de novia de las infantas y de Letizia.

Lamentablemente el principal hecho histórico al que está relacionado este lugar es el motin que forzó a Carlos IV a abdicar a favor de su hijo, el nefasto Fernando VII, en plena época napoleónica. De allí que el propio monarca que vio perder todas sus colonias de América continental buscara ganarse el favor del emperador francés escribiéndole cartas de felicitación sobre sus victorias en la península mientras su pueblo daba la vida y se desgarraba por quien consideraba "El deseado" (hay un monumento de él nombrándolo así en el barrio de La Latina).

Los jardines, que están sobre todo en una isla formada por la unión de los ríos Jarama y Tajo, este último que baña Lisboa y desemboca al mar un poco más adelante de la capital portuguesa, son una delicia para caminar y estar un rato. En cierto sentido, me evocaron a los vieneses de Schönbrunn y Belbedere (este último sobre todo en la explanada y fuentes que tiene a un costado el palacio).

Aunque no todas las fuentes originales permanecen, porque algunas fueron trasladas a los jardines anexos al Palacio Real de Madrid, las que hay, sobre todo evocando a héroes y dioses mitológicos griegos, son también dignas de apreciar y están distribuidas armoniosamente por el conjunto.

Sorprende tanta vegetación, aunque la zona fue elegida como sitio para la instalación real por tener esos alfuentes acuíferos tan ricos, en medio de una zona medio árida, como es en general la Comunidad de Madrid, incluso unos kilómetros antes de llegar allí.

En el propio pueblo hay también notables ejemplos de arquitectura de la época, en algunos palacios, algunos de los cuales no difieren en su exterior de cualquier otra construcción antigua, y un par de templos, una capilla real, San Antonio, que por dentro es muy sencilla y otra iglesia, que domina un poco la vía principal que parte de detrás del palacio.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Solidaridad mexicana

Un chiste medio de humor negro que cuenta que había tres ollas con cangrejos de tres nacionalidades, una de ellas japonesa y otra mexicana. La única no tapada es la última, pues en los dos casos anteriores los crustáceos se ayudaban unos a otros a salir (la forma dependía del país), pero los mexicanos se boicoteaban unos a otros y así no era necesario ni tapar la olla porque era evidente que nadie podía escapar de esa forma. Este ha sido el modo de reflejar la falta de cooperación entre los propios compatriotas.

Sin embargo, será por la distancia respecto a la tierra que nos vio nacer, ahora puedo decir que las mejores ayudas que he recibido estando en España han sido de otros mexicanos como yo. Con esto no desacredito o resto interés a lo que he obtenido de los de otras nacionalidades, con quienes también estoy muy agradecido.

Lamentablemente eso no se aplica a nuestras representaciones diplomáticas. En varias ocasiones me he topado con la intransigencia de burócratas del Servicio Exterior Mexicano, que trasladan a otros países ese pedazo de México que detestamos, reflejado por ejemplo en el formalismo excesivo o inútil, en lugar de ser un vehículo efectivo de enlace con nuestra nación. Aclaro que hay muchas personas que se esfuerza por desahacerse de eso, y ojalá que cada vez sean más, pero ¡ah cómo se hacen notar los otros!

¿Cuál es la diferencia entre los primeros (los solidarios) y estos segundos (los malos burócratas)? Creo que consiste en la apertura y transformación de los primeros, pues los ayudadores han dejado su país por diversas circunstancias y han conservado lo mejor de su tierra mas adaptan lo bueno de donde viven. Se permiten ver en el compatriota un aliado más que una competencia.

Los segundos trasladan su México a donde vayan, probablemente disfruten de estar en otro país, incluso otro continente, mas se me figura que trabajando en una extensión del gobierno del país siguen viven precisamente en una reconstrucción de lo que han dejado, más con sus vicios que con sus virtudes.

Afortunadamente hay muchos tipos distintos de mexicanos, en cuanto a formas de pensar y color de piel (porque es muy común pico que me digan que no parezco mexicano, por no ser el típico prototipo). Gran parte de esa variedad la pude observar acudiendo a la fiesta por la Independencia, que realizó la Embajada en Madrid en su residencia oficial. Parecía que todos los mexicanos residentes en el país, al menos en la capital española, se congregaron allí, pues pese a no ser un colectivo tan grande (como sí lo son países sudamericanos y República Dominicana) la asistencia fue mucha, la fila para ingresar daba la vuelta a la manzana.

El grito fue a mi gusto meramente simbólico, aunque algunos llegaron a emocionarse gritando "viva" cada vez que el embajador decía alguna loa relativa a los héroes patrios. Hasta chistosa se me hizo la campanita instalada en el lugar donde se hizo esta actuación.

Por la mañana hubo una ofrenda floral en el monumento a Miguel Hidalgo que se encuentra en Parque del Oeste, con la presencia incluso del alcalde madrileño, quien recientemente recibió una condecoración del gobierno mexicano.

Un día había visto de pasada esa estatua y reconocí al llamado "Padre de la Patria mexicana", sorprendido de que hubiera en la capital española un reconocimiento de este estilo al que inició la lucha de emancipación de la Nueva España. Pero lo hay, al igual que a Bolívar y San Martín en otras áreas del mismo parque, en este caso como un regalo de la Ciudad de México a Madrid en la década de los 60. Eso sí, para evitar enfrentamientos o susceptibilidades, a Hidalgo se le reconoce su labor como abolidor de la esclavitud.

Una de las presencias más importantes en esta nación europea ha sido la comida. Cuando llegué acá, me sorprendió la cantidad de establecimientos que ofrecen platillos del país y que sea tan común decir "vamos a un mexicano", como en nuestro país diríamos respecto a la comida china o italiana.

Por esa razón ,y habiendo descubierto que el gobierno federal quiere certificar la calidad de esos productos ofrecidos como del país y aumentar las exportaciones (porque uno de los requisitos es utilizar ingredientes nacionales) a través de un programa que se inicia en España como tal, me dediqué a escribir sobre el tema desde hace unos meses.

Ahora, para que estuviera acorde a la celebración, el artículo fue publicado en la edición actual de la revista Milenio Semanal, que comparto para quien deseé enterarse más:
La comida mexicana conquista España
http://semanal.milenio.com/node/1163

viernes, 11 de septiembre de 2009

Con los príncipes en La Mancha

Tuve ayer la oportunidad de ser enviado especial a dos lugares de Castilla-La Mancha en el corazón de la región conocida por El Quijote, para cubrir la visita de los príncipes Felipe y Letizia realizarían allí.

Aunque ya había conocido y pasado por algunos lugares de esa comunidad autónoma, ahora me tocó conocer Campo de Criptana, un lugar muy quijotesco, con los típicos molinos de viento, recién restaurados por lo visto, donde los futuros monarcas españoles terminaron la jornada.

Tanto en Villarrobledo, la primer parada, como en este sitio, la población local aguardaba desde temprano junto a las vallas instaladas en el recorrido a pie que harían estas personalidades a las que se les asigna un rol casi divino.

Según quienes cubren normalmente información de la Casa Real, es la primera vez que utilizan esa medida de seguridad que resultó efectiva, pues los saludos personales de Felipe y Letizia con la gente, donde reciben dibujos realizados por los propios niños que están allí para verlos, saludos, piropos y bebés o niños muy pequeños para que los toquen o carguen.

Porras, exclamaciones y vitoreos de sus nombres al estilo de cualquier artista se hacían escuchar cuando ellos hacían su aparición, sobre todo el júbilo aumentaba cuando se asomaban al balcón del ayuntamiento en cuestión y saludaban a la multitud.

Y es que eso son... Pienso en la suerte que ha tenido Letizia al ser elegida como la esposa del heredero de la Corona española. Su vida normal se ha desvanecido para asumir el rol de una figura pública cuestionada por amplios sectores de la población española pero alabada, admirada y seguida (sobre todo en el ámbito de la moda, donde parece que se desenvuelve bien) por casi otro tanto. Ha dejado de ser una simple mortal para convertirse literalmente en princesa, probablemente en reina en un futuro. Y eso no tiene precio...

Aunque los pude ver más o menos de cerca en persona, lo paradójico es que la gente que está en primera línea esperándolos tiene más oportunidad de acercarse a ellos que los que vamos de prensa, pues siempre nos repliega todo un equipo de guardaespaldas y gente destinada a controlar a los medios de comunicación. Por tanto, ni por asomo pude cubrir las demandas que incluso desde México me hacían para mandarles sus saludos, je je je.

Pese a lo interesante de presenciar este tipo de eventos, donde en cada estación (tres por lugar) los príncipes caminan un poco para saludar lo más posible a todos los que están allí esperando verlos para después ingresar a un recinto donde les tienen preparada una reunión o presentación del sitio donde se encuentran, me quedo con la rica comida que probé en un restaurante local y la convivencia que se hace entre los colegas de la propia casa y los de la competencia.