miércoles, 16 de septiembre de 2009

Solidaridad mexicana

Un chiste medio de humor negro que cuenta que había tres ollas con cangrejos de tres nacionalidades, una de ellas japonesa y otra mexicana. La única no tapada es la última, pues en los dos casos anteriores los crustáceos se ayudaban unos a otros a salir (la forma dependía del país), pero los mexicanos se boicoteaban unos a otros y así no era necesario ni tapar la olla porque era evidente que nadie podía escapar de esa forma. Este ha sido el modo de reflejar la falta de cooperación entre los propios compatriotas.

Sin embargo, será por la distancia respecto a la tierra que nos vio nacer, ahora puedo decir que las mejores ayudas que he recibido estando en España han sido de otros mexicanos como yo. Con esto no desacredito o resto interés a lo que he obtenido de los de otras nacionalidades, con quienes también estoy muy agradecido.

Lamentablemente eso no se aplica a nuestras representaciones diplomáticas. En varias ocasiones me he topado con la intransigencia de burócratas del Servicio Exterior Mexicano, que trasladan a otros países ese pedazo de México que detestamos, reflejado por ejemplo en el formalismo excesivo o inútil, en lugar de ser un vehículo efectivo de enlace con nuestra nación. Aclaro que hay muchas personas que se esfuerza por desahacerse de eso, y ojalá que cada vez sean más, pero ¡ah cómo se hacen notar los otros!

¿Cuál es la diferencia entre los primeros (los solidarios) y estos segundos (los malos burócratas)? Creo que consiste en la apertura y transformación de los primeros, pues los ayudadores han dejado su país por diversas circunstancias y han conservado lo mejor de su tierra mas adaptan lo bueno de donde viven. Se permiten ver en el compatriota un aliado más que una competencia.

Los segundos trasladan su México a donde vayan, probablemente disfruten de estar en otro país, incluso otro continente, mas se me figura que trabajando en una extensión del gobierno del país siguen viven precisamente en una reconstrucción de lo que han dejado, más con sus vicios que con sus virtudes.

Afortunadamente hay muchos tipos distintos de mexicanos, en cuanto a formas de pensar y color de piel (porque es muy común pico que me digan que no parezco mexicano, por no ser el típico prototipo). Gran parte de esa variedad la pude observar acudiendo a la fiesta por la Independencia, que realizó la Embajada en Madrid en su residencia oficial. Parecía que todos los mexicanos residentes en el país, al menos en la capital española, se congregaron allí, pues pese a no ser un colectivo tan grande (como sí lo son países sudamericanos y República Dominicana) la asistencia fue mucha, la fila para ingresar daba la vuelta a la manzana.

El grito fue a mi gusto meramente simbólico, aunque algunos llegaron a emocionarse gritando "viva" cada vez que el embajador decía alguna loa relativa a los héroes patrios. Hasta chistosa se me hizo la campanita instalada en el lugar donde se hizo esta actuación.

Por la mañana hubo una ofrenda floral en el monumento a Miguel Hidalgo que se encuentra en Parque del Oeste, con la presencia incluso del alcalde madrileño, quien recientemente recibió una condecoración del gobierno mexicano.

Un día había visto de pasada esa estatua y reconocí al llamado "Padre de la Patria mexicana", sorprendido de que hubiera en la capital española un reconocimiento de este estilo al que inició la lucha de emancipación de la Nueva España. Pero lo hay, al igual que a Bolívar y San Martín en otras áreas del mismo parque, en este caso como un regalo de la Ciudad de México a Madrid en la década de los 60. Eso sí, para evitar enfrentamientos o susceptibilidades, a Hidalgo se le reconoce su labor como abolidor de la esclavitud.

Una de las presencias más importantes en esta nación europea ha sido la comida. Cuando llegué acá, me sorprendió la cantidad de establecimientos que ofrecen platillos del país y que sea tan común decir "vamos a un mexicano", como en nuestro país diríamos respecto a la comida china o italiana.

Por esa razón ,y habiendo descubierto que el gobierno federal quiere certificar la calidad de esos productos ofrecidos como del país y aumentar las exportaciones (porque uno de los requisitos es utilizar ingredientes nacionales) a través de un programa que se inicia en España como tal, me dediqué a escribir sobre el tema desde hace unos meses.

Ahora, para que estuviera acorde a la celebración, el artículo fue publicado en la edición actual de la revista Milenio Semanal, que comparto para quien deseé enterarse más:
La comida mexicana conquista España
http://semanal.milenio.com/node/1163

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