viernes, 11 de septiembre de 2009

Con los príncipes en La Mancha

Tuve ayer la oportunidad de ser enviado especial a dos lugares de Castilla-La Mancha en el corazón de la región conocida por El Quijote, para cubrir la visita de los príncipes Felipe y Letizia realizarían allí.

Aunque ya había conocido y pasado por algunos lugares de esa comunidad autónoma, ahora me tocó conocer Campo de Criptana, un lugar muy quijotesco, con los típicos molinos de viento, recién restaurados por lo visto, donde los futuros monarcas españoles terminaron la jornada.

Tanto en Villarrobledo, la primer parada, como en este sitio, la población local aguardaba desde temprano junto a las vallas instaladas en el recorrido a pie que harían estas personalidades a las que se les asigna un rol casi divino.

Según quienes cubren normalmente información de la Casa Real, es la primera vez que utilizan esa medida de seguridad que resultó efectiva, pues los saludos personales de Felipe y Letizia con la gente, donde reciben dibujos realizados por los propios niños que están allí para verlos, saludos, piropos y bebés o niños muy pequeños para que los toquen o carguen.

Porras, exclamaciones y vitoreos de sus nombres al estilo de cualquier artista se hacían escuchar cuando ellos hacían su aparición, sobre todo el júbilo aumentaba cuando se asomaban al balcón del ayuntamiento en cuestión y saludaban a la multitud.

Y es que eso son... Pienso en la suerte que ha tenido Letizia al ser elegida como la esposa del heredero de la Corona española. Su vida normal se ha desvanecido para asumir el rol de una figura pública cuestionada por amplios sectores de la población española pero alabada, admirada y seguida (sobre todo en el ámbito de la moda, donde parece que se desenvuelve bien) por casi otro tanto. Ha dejado de ser una simple mortal para convertirse literalmente en princesa, probablemente en reina en un futuro. Y eso no tiene precio...

Aunque los pude ver más o menos de cerca en persona, lo paradójico es que la gente que está en primera línea esperándolos tiene más oportunidad de acercarse a ellos que los que vamos de prensa, pues siempre nos repliega todo un equipo de guardaespaldas y gente destinada a controlar a los medios de comunicación. Por tanto, ni por asomo pude cubrir las demandas que incluso desde México me hacían para mandarles sus saludos, je je je.

Pese a lo interesante de presenciar este tipo de eventos, donde en cada estación (tres por lugar) los príncipes caminan un poco para saludar lo más posible a todos los que están allí esperando verlos para después ingresar a un recinto donde les tienen preparada una reunión o presentación del sitio donde se encuentran, me quedo con la rica comida que probé en un restaurante local y la convivencia que se hace entre los colegas de la propia casa y los de la competencia.

1 comentario:

  1. Genial!!! Qué linda experiencia :) reitero mi profunda envidia :) Qué bien que lo estás pasando :) Saludos!

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