miércoles, 29 de diciembre de 2010

Centroamérica

Managua.- Llegué finalmente a esta ciudad donde pasaré el cambio de año de 2010 a 2011. Y digo finalmente porque ocurrió al día siguiente de lo esperado.

El vuelo que tendría que haber tomado el lunes en la tarde hacia la capital nicaragüense desde San Salvador se canceló,
haciéndome pasar una noche no planeada (pero pagada por la línea aérea) en esa ciudad, en espera de tomar el primer vuelo del día siguiente.

Los hasta ahora tres países de Centroamérica que he conocido me dan una impresión general similar a grandes rasgos: se parecen al menos en su parte natural a estados costeño-sureños de México, pero un poco más pobres y con sus propias peculiaridades.

Entre esas peculiaridades se encuentra la personalidad que cada país adopta. Si bien hay un sentimiento común de pertenencia regional (por ejemplo, sus artículos dicen: "Producto centroamericano hecho en... y después el nombre de cada país), obviamente cada cual busca diferenciarse.

Me concentro ahora en el actual país anfitrión, Nicaragua. Estoy aquí porque vine a visitar a mi pastor y su familia; originalmente sería Navidad y Año Nuevo, pero por cuestiones laborales sólo pude lo segundo. Como quiera es una bendición haber podido venir, y se convirtió en mi viaje internacional de este año.

Es junto con Honduras el país más pobre de la región (yo digo que es el segundo, pero hay quienes dicen que ese sitio es precisamente donde me encuentro), lo cual se nota a leguas, aunque su infraestructura carretera principal es buena y, aunque sólo sea reflejo capitalista de una demanda de servicios, hay cantidad de negocios extranjeros prosperando y un par de centros comerciales de buen nivel en Managua.

Hoy visité su plaza principal, que en sí es una especie de mausoleo viviente del terremoto de 1972, que destruyó la ciudad, quedando como testigos sólo cinco edificios principales, uno de ellos muy simbólico y dañado en un 80 por ciento, que es la catedral, ahora llamada la vieja, debido a que se construyó una nueva en otro sector de la ciudad.

En un primer momento me recordó Cuba. La plaza principal ha sido llamada "de la Revolución", por el triunfo de este movimiento armado en 1979 y cuyos herederos políticos gobiernan actualmente, tras varios periodos de gobernantes de derecha.

Por toda la ciudad hay desplegada propaganda formal y no formal sobre este acontecimiento histórico, resaltando principalmente al actual presidente, Daniel Ortega, quien había gobernado el país justo al terminar el conflicto armado revolucionario.

Sandino, asesinado en 1934 y figura del movimiento que derrocó al hijo del dictador contra el que luchó, está presente en retratos dentro de recintos oficiales y una efigie que reproduce una foto con su sombra (similar en cierta forma al de los toros Osborne). También está la memoria de los otros mártires.

Los espacios que dejaron los edificios derribados por el movimiento telúrico han sido ocupados por viviendas, todas de una sola planta y mayormente populares, o por simple vegetación.

Uno de mis guías, que fue a recogerme al aeropuerto cuando llegué, me explicó que la ciudad ha crecido desordenadamente y sin un plan de desarrollo urbano, pues se considera que en cualquier momento puede ocurrir otro temblor catastrófico, ya que el país se haya en la confluencia de dos placas tectónicas.

Pese a ello he visto que se ha conservado el buen trazado de calles, que incluso pude observar cuando el avión sobrevolaba la ciudad antes de aterrizar.

Pero este sentimiento posterremoto y de revolución triunfalista, pero sin concluir con sus objetivos de eliminación de pobreza e igualdad, son los que parecen reinar sobre la capital nicaragüense.


Nota temporal: Si bien este blog se ha mostrado desactualizado la segunda parte de este año, he dejado en el tintero algunas publicaciones que con el paso del tiempo iré publicando. Por lo pronto dejo esta reflexión reciente, deseando a todos un ¡feliz 2011!

domingo, 8 de agosto de 2010

Familia pastoral

Aquí estoy de regreso después de un mes en el que "Alex", ese huracán que causó una atípica temporada vacacional, inundó literalmente todo el mes de julio con sus informaciones y seguimiento.

Puedo decir que fue el principal causante de esta ausencia del blog, por el internet que se tardó en llegar a mi casa después de las afectaciones causadas por el fenómeno meteorológico.

Pero ahora quiero hablar de unas personas muy importantes en mi vida, a quienes conozco desde hace poco más de 10 años, y a otros durante toda su vida. Es la familia de mi pastor, la que ha llegado a adoptarme de cariño.

He sido el niñero oficial de los cuatro hijos de mi pastor y su esposa, de los dos más chicos prácticamente desde que nacieron, hace 10 y ocho años, respectivamente. Y al menos desde hace cinco años soy el principal cuidador de cualquiera de ellos cuando se iban de viaje ambos padres, lo cual me hacía quedarme en su casa, llevarlos a la escuela por la mañana y ya que regresaba del trabajo asegurarme de que todos se pusieran a dormir.

Es curioso que muchos dicen que se parecen a mí y yo a ellos en general, llegando a creer la misma familia de mi pastor que soy algún sobrino desconocido.

Más allá de la apariencia física, ha sido la confianza mutua la que nos ha permitido establecer más y mayores lazos. Una confianza bien correspondida, debo decir, por ambas partes.

Con mi pastor emprendimos varias personas de la iglesia a la que pertenecíamos una aventura llamada Comunidad Bautista Jireh, en 2001. Esta congregación se transformó, creció, renovó miembros y se mantiene. Difícilmente podría pensarse Jireh sin Joel Sierra, su pastor fundador.

Ahora él y su familia se fueron a vivir a Nicaragua, ya que recibió la invitación a pastorear la Primera Iglesia Bautista de Managua, un crecimiento profesional que le permitirá, por lo visto, dedicarse de lleno al ejercicio eclesiástico, sin tener que trabajar en otra cosa para complementar su salario, como ocurría acá, incluida su esposa Eva.

Ellos fueron un sustento importante en mis años de vivir en Monterrey. En los últimos meses todos los fines de semana (siempre y cuando no saliera de viaje) iba a su casa como lo más natural. Hasta el perro que tuvieron mientras yo estaba en España, me terminó aceptando porque sabía que podía llevarlo al parque, lo cual le emocionaba.

Aunque no eran los únicos, sí eran personas importantes por las cuales valía para mí la pena estar en Monterrey. Ellos ya están en Centroamérica y yo me he quedado sin mayor problema, y probablemente por un tiempo más por ahora.

Acaban de partir hace apenas unos días, este viernes pasado para ser más concreto, y en este fin de semana el vacío es muy sentido.

Pese a que gracias a ellos pude volver a tener carro, pues me lo vendieron por su partida, Monterrey no será lo mismo para mí sin ellos. Y así inicia de alguna manera una nueva etapa en mi vida aquí.

viernes, 9 de julio de 2010

"Alex"

En los últimos meses, Nuevo León, y más concretamente el área metropolitana de Monterrey, ha sido noticia nacional.

La destrucción provocada por el huracán "Alex" fue mayor a la esperada, pues según los reportes de autoridades en la entidad se registraron precipitaciones históricas (concretamente, la mayor caída constante en lo que se tiene registro).

Y eso que funcionó la presa Cortina Rompepicos, que retuvo una buena cantidad del agua que cae desde las montañas, sobre todo del área conocida como Cañón de la Huasteca.

Lo que no resistieron fueron puentes, calles y avenidas como Morones Prieto y Constitución, que son torales de toda el área metropolitana y corren a la par del río Santa Catarina, casi siempre seco por ser de temporal, pero cuyas proporciones están bien definidas por esos periodos de inundaciones.

La acción irresponsable del hombre fue nuevamente evidenciado por la naturaleza ante las imágenes tan impactantes que vimos en colonias populares, pero las más en las de clase media-media alta, como San Jerónimo, Rincón de la Primavera, Villa Las Fuentes y Cumbres: carros cubiertos totalmente por lodo y piedras, calles totalmente arrasadas y destruidas, casas cuyo primer piso también quedó rebasado por lo que las corrientes arrastraron.

Recuerdo que en una de esas imágenes parecía como si el concreto y el asfalto fueran arrancados de repente para descubrir que debajo hubo originalmente un arroyo. Eso demuestra que no se respetó la orografía original y que simplemente se fraccionó sin considerar a la naturaleza. O a lo mejor ellos sí, pero los del fraccionamiento de enseguida, construido un poco más arriba, no.

Esta situación se volvió una especie de paradoja: el estado fuerte, de muchos recursos y que se jacta de ser uno de los más avanzados del país (el municipio de San Pedro Garza García es el de mayores ingresos de toda Latinoamérica) ahora necesita la ayuda del resto del país (bueno, excepto Tamaulipas y luego Coahuila, que también fueron afectados).

Ahora, sólo le queda a Nuevo León aceptar la ayuda, ante la falta de servicios básicos como agua, principalmente, luz e infraestructura de vialidad.

domingo, 20 de junio de 2010

Carlos Monsiváis

Este fin de semana murió el escritor mexicano Carlos Monsiváis, uno de los intelectuales más famosos del país gracias a su participación en distintos medios de comunicación y la variedad de temas que trataba, desde la llamada "alta cultura" hasta lo popular.

Obviamente el sábado que murió me tocó trabajar pese a ser mi día de descanso, pero la importancia y deceso de este personaje, apenas un día después del de José Saramago, premio Nobel de Literatura, lo ameritaba.

Tuve la fortuna de haber conocido en persona a Monsiváis, y de hecho fue la entrevista más importante en ese momento como estudiante. Gracias a la colaboración entre el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey (Marco) y la UDEM, visitó el campus universitario y lo llevé a Radio UDEM, donde charlamos de los principales temas nacionales del momento.

Me acuerdo que la conversación, y la nota que posteriormente redacté sobre la entrevista, trató muchos temas, entre ellos la pobreza, sobre la cual, si mal no recuerdo y en su ironía peculiar, "Monsi" dijo que a Fox le gustaría eliminarla por decreto.

La noche de ese mismo día fui invitado por la entonces directora de la carrera de Artes en la UDEM para estar en la cena que tendría Monsiváis con universitarios. Por alguna razón fui el último que llegué y ya había pedido todos su platillo y bombardeaban al escrito con preguntas sobre la actualidad mexicana o la literatura, por ejemplo.

Cuando llegué, y afortunadamente me tocó sentarme cerca de él, dejó de prestar atención a los demás para empezarme a preguntar el libro y versículos de frases bíblicas que me decía, como una especie de juego que después derivó en completar algunos proverbios también bíblicos. Creo que afortunadamente pasé la prueba, aunque alguno no me los supe.

Y es que mientras técnicamente se ajustaban los detalles de la grabación de la entrevista, tuve oportunidad de preguntarle por su formación protestante. Aunque por lo visto muchos no lo saben, Monsiváis es de familia metodista. Hubo incluso participaciones frecuentes de él en foros sobre historia de la iglesia protestante en México y en algunas ocasiones lo sacaba a relucir en alguna entrevista de profundidad. Por ejemplo, llegó a decir que la Biblia fue uno de sus primeros acercamientos con la literatura.

Como crítico de todo, creo que tampoco estaba muy convencido de las prácticas de su iglesia, por lo que quién sabe cuándo sería la última vez (probablemente desde joven) que asistió a algún culto. Pero su vida y obra son muestra de que también el protestantismo también es muy mexicano y puede ser fuente de inspiración para la buena literatura nacional.

Como intelectual, fue uno de los pocos que el domingo publicaba una columna en al menos tres diarios y una revista de circulación nacional, y que de vez en cuando aceptaba con gusto (algunos tenían la impresión de que en cierta forma le gustaba la fama) alguna entrevista radiofónica (me tocó contactarlo varias veces para Multimedios Radio) o televisiva, además de estar presente en presentaciones y ferias del libro.

Es algo que se aprecia sobre todo en los medios de comunicación masivos, pues siempre es bienvenido un punto de vista profundo, reflexivo sobre la realidad y los acontecimientos que ocurren sobre todo en nuestro país. Sobre todo, una crítica ácida y necesaria sobre los sucesos del país y las tropelías, porque era un defensor nato de muchas causas.

Por eso mismo probablemente mucha gente no lo leyó nunca, pero sí sabía o tenía alguna idea de quién era este personaje.

Descanse en paz el cronista de México, Carlos Monsiváis.

domingo, 30 de mayo de 2010

Antesala de los 30

Hoy cumplí 29 años. Son los últimos 365 días antes de que mi edad se empiece a escribir con un 3 por delante.

Cuando veo hacia atrás, me resulta increíble darme cuenta de cómo ha pasado el tiempo. Dudo mucho que aquel niño de unos seis años imaginara entonces cómo sería en este momento.

A veces me pregunto si estoy preparado para dar el brinco a la siguiente década, pero luego recuerdo cuando llegué a los 20 (entonces con mucho más entusiasmo que ahora frente a lo que viene), y también tenía la duda de estar a la altura de mi edad. Claro que entonces, y ahora, estoy preparado, pero como que a uno le da cierto reparo la prisa del tiempo.

Hoy fue un día tranquilo, de muchas felicitaciones. Es sorprendentemente bonito ver cómo hay más de 50 mensajes en facebook (bendita herramienta que nos señala quién cumple años durante el día y que permite estar en contacto desde diferentes partes del mundo) con felicitaciones y con buenos deseos.

Después de la iglesia, varias familias y amigos de allí fuimos a comer a un restaurante rico pero no muy barato, que como quiera resultó muy agradable. No había planeado nada en concreto por decidia y falta de una buena ocurrencia (siempre se me olvida en estas fechas dónde está la mejor promoción para un cumpleañero), más que ir al cine porque en cierta cadena regalan un combo mediano el mero día con la tarjeta de cliente distinguido. Finalmente esto último es una de mis actividades favoritas y el día es muy propicio para hacerlo.

Probablemente lo que imprima un temor mayor, por decirlo de alguna forma, a esta edad y su aproximación a los 30 (que, by the way, muchos se encargan de recordarte) es que es tiempo de consolidaciones. Ya está uno en una edad donde es responsable total de su vida y acciones y va consolidando su profesión y rumbo laboral.

Para estas alturas, muchos que han dejado huella ya estaban posicionándose en su labor, tenían creaciones propias y destacadas, se estaban dando a conocer, tenían claros sus objetivos...

¿Cómo ando yo? Creo que puedo estar contento de lo que he logrado hasta ahora, pero no estoy conforme, porque considero que necesito consolidarme todavía más, sobre todo en el proyecto periodístico en el que estoy, donde me encuentro aprendiendo lo que para algunos puede ser básico, pero aportando mis conocimientos y experiencia.

Ciertamente veo que estoy en una edad y un momento en el que se me pueden presentar muy buenas oportunidades, incluyendo por supuesto ésta donde me encuentro. Pero continúo con la insatisfacción positiva de la que hablaba aquí hace unos meses, que se refiere a la visualización de mi futuro más distante o ideal, más que el mediato o inmediato, que ya está definido por el momento.

Hace un año celebraba con mis compañeros y amigos del máster en Madrid. Con una fiesta memorable. Hoy me reencuentro con algunos de mi iglesia, después de domingos de ausencia por tener que trabajar ese día (y a la hora de las reuniones). Estas sí son bonitas celebraciones :D

miércoles, 26 de mayo de 2010

Reposo

Cuando uno anda muy ajetreado o con un ritmo de vida atareado, como el que estoy viviendo por ahora con dos trabajos, parecería que una 'obligación' médica de tomar reposo es lo mejor y merecidamente necesario.

Sí, de momento, pero luego resulta que uno se siente improductivo o va recordando pendientes que puede o debe hacer, que entonces mitigan ese dichoso reposo. Y aún así quedan muchas cosas por hacer, que no alcanza el tiempo.

¿Por qué nos acostumbramos a vivir tan agitadamente? Pareciera una cierta característica de Monterrey, más que en otras ciudades del país, pero también de una sociedad digitalizada, que estar conectada todo el tiempo sin descanso.

Todo esto lo escribo aún después de haber aprendido, reflexionado y tomado la decisión de no preocuparme de más por las cosas. Éstas tendrán que salir de alguna manera, aunque ciertamente es difícil por mi amplio sentido de responsabilidad.

Bueno, ¿qué fue lo que me llevó al reposo obligado? Fue un fuerte dolor en el pecho que todo parece indicar se debió al repentino ejercicio semanal que estuve llevando a cabo en un parque, corriendo y haciendo algunas rutinas.

Pocas veces he sentido algo así de fuerte, que casi no me permitía respirar, y que me hizo ir a consultar de urgencia en dos ocasiones el mismo día. Afortunadamente tuve una atención muy efectiva en el segundo lugar al que fui, que fue el IMSS. En el primero, en Emme (Emergencias Médicas), el diagnóstico se fue hacia otro lado, que afortunadamente se ha visto distante.

Sólo espero que este reposo no me arruine la intención y lucha de bajar los kilitos de sobrepeso que tengo (nada grave, pero por salud mejor estar en lo ideal) y para lo que estaba ayudando el ejercicio.

domingo, 16 de mayo de 2010

Garzón

Al final de esta semana me sorprendió una noticia que de alguna manera se esperaba: el Tribunal Supremo de España determinó suspender en sus funciones a Baltasar Garzón, juez de la Audiencia Nacional, una figura muy conocida en todo el mundo.

La razón fue haberse declarado capaz de juzgar crímenes de la dictadura franquista sin poder hacerlo. La querella la presentó la organización ultraderechista (cínicamente llamada, agregaría yo) Manos Limpias, que se congratuló por el fallo tras varios intentos de querer detener a este magistrado.

En este caso, como en muchos otros, discurre el debate entre lo legal y la justicia, que no siempre van de la mano, aunque se supone que es el ideal. Y como en otros tantos, con un personaje controversial, para algunos uno de los mayores paladines internacionales de la justicia, para otros un charlatán que sólo quiere figurar.

Todo parece indicar que Garzón se extralimitó en sus funciones. Pero desde mi humilde perspectiva también así se podría haber considerado respecto de la detención del ex dictador chileno Augusto Pinochet y otros casos que ha atraído justificando la violación de derechos humanos. El problema es que en esta ocasión el problema es en casa. Y fuera de que uno no es profeta en su tierra, toca heridas todavía sensibles, que a más de 30 años todavía parecen no cicatrizar bien.

Las leyes de amnistía españolas, que fueron la defensa de los ex franquistas contra sus fechorías y delitos, surgieron para poder paso a una transición democrática y evitar una 'cacería de brujas' que desembocara en una revancha fuera de control. Pero ya establecido un régimen estable y avazando en la construcción de instituciones imparciales, es necesario seguir haciendo justicia, que no queden impunes los crímenes del pasado.

De ese tema en cada país que ha sufrido de dictaduras y represión se escriben libros y libros, artículos, ensayos y conferencias. Lo considero importante como catarsis, de documentación y reflexión. Sin embargo, a la gente termina por hartarle por ser más de lo mismo.

Si Garzón cometió errores, la legalidad que de la que él mismo es representante se encargará de juzgarlo y en su caso condenarlo o absolverlo. Pero de cualquier manera, los fantasmas del pasado, que uno quisiera que estuvieran ya desterrados, han reaparecido y todavía asustan con su vigencia. Y desafortunadamente para la causa de la justicia restitutiva universal, éstos han ganado una batalla importante, preocupantemente de la mano de la ley.

domingo, 2 de mayo de 2010

Milenio Televisión

Finalmente este periodo de 'silencio' bloguero fue de definición y algunas decisiones qué tomar respecto al futuro inmediato.

Sin dejar mi trabajo en la universidad por ahora, decidí tomar una oferta para integrarme al equipo de Milenio Televisión, el canal de noticias continuas que lanzó Multimedios hace año y medio, justo cuando estaba yéndome a España.

Llevo dos semanas en ello y, aunque naturalmente ha sido pesado porque en prácticamente ambos, sobre todo en Milenio Tv, estoy de tiempo completo, he podido aguantar bien e ir haciendo mi ritmo. En parte me conviene tener dos cosas que me agradan mucho en mi quehacer profesional: por un lado, en la UDEM, mi labor principal es escribir, que me encanta, y en Milenio coordinar cuestiones de información.

Lo único malo es precisamente que no puedo dormir más de lo que quisiera o me permite este ritmo (lo digo sobre todo porque sí he tenido que levantarme casi una hora más temprano que antes).

Mi deseo era regresar de lleno al ámbito periodístico y creo que esta ha sido una buena oportunidad, sobre todo por el concepto del canal y las oportunidades de crecimiento en un proyecto nuevo y que está teniendo éxito, pese a lo complicado que es que un proyecto de este estilo.

Ahora me vuelvo a topar a mucha gente que veía cotidianamente o con la que me tocaba tratar cuando estaba en Multimedios Radio. Y lo interesante es que mis compañeros de trabajo son nuevos para mí, es decir, no habían estado trabajando directamente conmigo en mi etapa anterior, aunque a varios sí los había visto y hasta conocía.

Eso implica ventajas y desventajas, porque aunque en ocasiones es mejor que lo vayan conociendo a uno, eso se vuelve una desventaja respecto a que hay que ir probando de alguna manera quién es uno para que conozcan tanto ritmos de trabajo como trayectorias (no sólo respecto a mí, sino también de mí hacia los demás).

Con el tiempo limitado entre semana está siendo casi imposible buscar el amor que, aunque no lo descarto por completo, por el momento no me importa en gran manera ya que no veo muy claro el panorama aquí. Así que si llega, llegará, pero por ahora no lo buscaré mucho.

miércoles, 7 de abril de 2010

Nostalgia sin rumbo

El pasado nunca se queda quieto, unos eventos cambian de lugar, otros se olvidan por un tiempo, otros causan remordimientos y otros alegría, pero es así, nuestro pasado es móvil y múltiple
IH

Me niego a estar en un estado continuo de nostalgia de España, mi vida allí o de los viajes que estando allá pude realizar por varios países. Me resisto a estar continuamente volteando hacia atrás sin ocuparme de atender mi presente y futuro en base a esa maravillosa experiencia.

Lo cierto es que he estado nostálgico. Extraño mucho y en estos días me ha dado por recordar a mis amigos, conocidos, paseos, recorridos, actividades y caminatas cotidianas en Madrid.

Y no es que piense que regresando allá todo volverá a ser igual; por supuesto que no, por más que quisiera. Sólo que, al encontrarme en una etapa de decisiones mediatas importantes, me viene a la mente ese periodo como uno de los deseables para reproducir varios de sus elementos en mi vida.

Por ahora lo veo lejano. Y sigue vigente, aunque en modo distinto, la duda que me planteaba en enero: qué es lo que quiero. Y ninguna decisión será fácil de tomar, o claro el rumbo a emprender, si no está resuelta al menos en parte.

Mientras tanto, me he dejado envolver por la rutina y los viajes efímeros, que han socavado mis finanzas. Me he chiflado con gustos y lujitos por tratar de disfrutar el momento. Finalmente uno también trabaja para eso, disfrutar el fruto del esfuerzo. Pero hay que saber administrarlo bien.

En fin, un reencuentro con esa Madrid que dejé vendrá este fin de semana, cuando vuelva a ver una amiga mexicana que vive en la capital española y que me hospedó los últimos días de mi estancia allá. Espero que sea tan agradable como ella es, aunque obviamente estará rodeada de todos sus amigos de acá que querrán verla y hablar con ella.

domingo, 28 de marzo de 2010

Decadencia regia

Al menos la semana pasada, Monterrey fue el tema principal de la agenda mediática nacional: las víctimas inocentes del fuego cruzado entre militares y sicarios (definitivamente pesó mucho el asesinato de los dos estudiantes de posgrado del Tec) y los bloqueos en diferentes partes del área metropolitana llamaron la atención de periódicos, estaciones de radio y de televisión.

Así, se sucedieron artículos de opinión, seguimientos, reportajes y demás en torno a los últimos sucesos, sobre los cuales la pregunta recurrente fue: ¿cómo llegamos a esto?

Un artículo de Diego Petersen Farah, hasta hace poco director del periódico Público Milenio, de Guadalajara, en El País, de España, daba una perspectiva interesante de la decadencia en la que ha caído la orgullosa Sultana del Norte, relacionándolo incluso la aceptación del narcotráfico con la fuerte influencia local de los Legionarios de Cristo.

"La gran mayoría de la elite social del Monterrey pasó por las escuelas legionarias que formaron una generación insulsa, pagada de sí misma, volcada al consumo y la presunción, pero sobre todo alejada del pensamiento crítico. Nada mejor para el aterrizaje del narco que una élite pagada de sí misma y fascinada con su propia imagen", expresó.

Otro escrito de opinión que llamó mi atención fue de Joaquín López-Doriga en Milenio Diario, a quien aunque me cae mal le reconozco que lo que manifestó es interesante. Además de proponer el momento del quiebre, llama a no dejar perder Monterrey frente al crimen organizado, porque de ser así caería todo el país, al ser ni más ni menos que la segunda ciudad importante de México.

Uno de los entrevistados de la semana fue el rector del Tecnológico de Monterrey, Rafael Rangel Sostmann, quien por ser su institución la afectada con este par de decesos en el momento, desfiló por algunos medios nacionales. Debo decir que una de esas conversaciones fue conmigo en mi calidad de colaborador de Milenio Semanal.

Muchos critican que sólo porque esta vez eran unos alumnos del Tec ahora sí hay más atención y preocupación nacional por el estado de cosas actual. Estoy en parte de acuerdo con ese cuestionamiento, pero hay otra razón que viene a dar un poco de luz sobre la cuestión.

Esta me la proporcionó el historiador César Morado, coordinador del Archivo Histórico de Nuevo León, para quien el campus central de esa institución educativa es un lugar más sagrado para la idiosincrasia regiomontana que la catedral o el Palacio de gobierno.

Hay quien pueda pensar que la aseveración sea exagerada, pero estamos hablando de marcos de referencia, simbólicos, asociados a lo que la gente piensa o cree de algo, que no necesariamente son ciertos. Comparto la liga al artículo para quien ampliar mejor la idea:
"No podemos con una marcha resolver el problema"
http://semanal.milenio.com/node/2123

domingo, 21 de marzo de 2010

Zona de guerra

Cuando se escuchaba o leía de la violencia en México, la mayor de las veces nos remitíamos a la frontera con Estados Unidos. Tijuana, Ciudad Juárez, Nuevo Laredo, Reynosa, Matamoros eran los referentes de la inseguridad general, donde casi a diario aparecían ejecutados.

Ahora esa misma violencia ocurre en la otrora tranquila área metropolitana de Monterrey, donde la moda de estos asesinatos, ajustes de cuentas entre implicados con el crimen organizado, apenas se hacía presente hace menos de 10 años, y como casos aislados. Desde al menos cinco años esto se ha convetido en habitual.

Ya entonces se manifestaba una especie de temor ciudadano generalizado. El estupor y la psicosis empezaban a ser comunes, por lo cual procuraba atajarlos argumentando que los ataques estaban certeramente dirigidos hacia ciertas personas y objetivos, y que afortunadamente eran poquísimas (como quiera lamentables) las víctimas civiles inocentes.

Con la entrada de Felipe Calderón al poder, una de sus primeras acciones fue utilizar el Ejército para combatir a los cárteles de la droga. Se vio como una buena medida ante la pasividad al menos aparente que distinguió a su antecesor, Vicente Fox.

Sin embargo, la situación no siempre resultó halagüeña. Para empezar, la violencia no cesó, e incluso se recrudeció, por más cabecillas que fueran detenidas. Los enfrentamientos se empezaron a salir de control, con sus correspondientes daños materiales y humanos. Y los capos demostraron su poder económico en el arsenal utilizado.

Y lugares tan aparenmente tranquilos como Monterrey comenzaron a ser escenario de continuas extorsiones, amenazas, secuestros, balaceras, casinos y demás.

Hasta ahora, el día en que más civiles han resultado directamente afectados por el crimen organizado (finalmente el sentimiento de inseguridad es real pero intangible) fue el pasado viernes 19.

Ese día inició con una balacera a las puertas del Tecnológico de Monterrey, que cobró la vida de dos estudiantes becados de posgrado de esa institución educativa. Continuó con al menos 31 bloqueos en diversas avenidas y carreteras del área metropolitana. Y cerró con la muerte de una señora que iba en su camioneta con su esposo, cuando quedaron en medio de fuego cruzado entre militares y sicarios. En este último caso la buena noticia fue que se rescató a dos mujeres secuestradas, pero los hijos de aquella víctima inocente fueron despojados de su madre.

Lo peor es que la mayor parte de esos bloqueos, según el Ejército, eran realizados por policías estatales o municipales, al servicio del crimen organizado.

Un ingrediente adicional, que incluso maximizó la relevancia de la nota de la balacera, fue que los muertos en el Tec eran los estudiantes mencionados, y no sicarios, como originalmente se dio a conocer por los medios con base a información que proporcionaron las fuerzas armadas.

Después de afirmar que ninguna persona de la comunidad del Tec había resultado afectada, se tuvo que aclarar que efectivamente sí las hubo, y era una pérdida lamentable por la historia de dedicación que tenían los ahora fallecidos.

Parece que no hay vuelta atrás: estamos en zona de guerra y hay que extremar precauciones. A cualquiera nos puede tocar estar en el lugar y momento equivocados. Pese a todo, trataré de no ser parte de la 'psicosis colectiva' que inunda la ciudad ni vivir con miedo, que es de lo más dañino que puede haber.

domingo, 14 de marzo de 2010

Coldplay

En cuestión de eventos masivos, me considero una especie de agorafóbico: tiendo a rechazar la idea de asistir a donde sé de antemano que habrá mucha gente. Eso incluye, por supuesto, los conciertos, aunque afortunadamente he tenido la oportunidad de ir a algunos, gracias a diversos motivos, muy pocos por iniciativa inicial propia.

Hace tiempo, cuando pensaba qué concierto no me perdería o sería de los primeros en anotarme, vino a la mente Coldplay. Lamentablemente, en años anteriores sólo iban a la ciudad de México y acaso Guadalajara, pero no a Monterrey... hasta este año, en el que decidieron cerrar su gira 'Viva la Vida' allí.

El anuncio me pescó estando en España, así que no podía comprar en ese momento el boleto. Regresando se me olvidó hacerlo, hasta que casi faltaba un mes y me metí a buscarlo a la página de Internet de la distribuidora. El resultado era un asiento que no pude ubicar y mejor no lo compré. Así, me estaba resignando sin mucha culpa a perderme esta ocasión.

Pero mi sorpresa fue que alguien me compartió un correo en el que solicitaban voluntarios para volantear (no es redundancia, aunque lo parezca cacofónicamente, je je) sobre la filial de Oxfam en México y después permitirían entrar gratis al concierto.

Por supuesto que me anoté (despues vi que fui el segundo de la lista) y hasta le pasé la voz a un amigo, que a su vez le comunicó a otros dos. De esta manera ya tenía mi pase asegurado para la gran ocasión.

Nos habían citado muy temprano antes del evento y afortunadamente la hora se recorrió. Después de llegar y encontrar a la persona indicada, nos dieron las instrucciones y un brazalete gris, que permitia el acceso a cualquier parte del estadio universitario (también conocido como "el Volcán"), donde fue el evento, excepto backstage.

Nuestra labor fue repartir postales de una de las campañas de esta asociación humanitaria y promotora de la justicia social, de la cual Coldplay es su embajador mundial y la apoya mucho, así como anotar correos electrónicos a los interesados en recibir más informaciones sobre ella.

Terminando el quehacer, lo siguiente fue buscar el mejor lugar; tras algunas deliberaciones el elegido fue la cancha central, lo más adelante posible. Claro que esto se dificultó porque los que llevaban más tiempo allí no nos dejaron pasar más allá, incluso hubo férreos defensores de su posición.

Pese a las dificultades, lo importante era verlos de cerca, con el ambiente característico de un evento como esos, es decir, estar rodeado de gente, sin casi poder moverte e incluso recibir cerveza por los aires.

En cualquier lugar, lo inevitable es la cantidad de celulares y cámaras digitales que tratan de captar todos los momentos y por tanto nublan la visión al querer posicionarse lo más libremente posible de su objetivo para que no haya estorbos en la grabación. Esto parece una plaga moderna de nuestra era tecnologizada.

Claro, confieso que yo también fui uno de ellos en algunos momentos, para tratar de preservar cápsulas o instantáneas con sonido y movimiento (finalmente también es una manera de poder ver bien las cosas al poder elevar la visión sobre las cabezas y los aparatos digitales de los demas), pero acaso habrá que hacer algo para mitigar esta molestia (algunos aventaban lo que les quedaba de cerveza, lo cual no tiene que ver con el baño al que hacía referencia al inicio, que fue más de relajo).

A prácticamente todos los que conozco que asistieron les encantó el concierto. Ciertamente la banda tocó muy bien, hizo buen espectáculo, sobre todo su vocalista, Chris Martin, y los recursos visuales estuvieron estupendos, incluso fuegos artificiales al final y una inmensa cantidad de mariposas de colores en papel de china en una de las últimas canciones.

Martin pronuncio varias palabras en español (al menos en algunos casos lo intentó muy bien), la banda utilizó un escenario alterno en medio de la cancha y aprovechó los escenarios de costado), así que hubo mucho movimiento.

A mí también me gustó mucho, pero siento que faltó algo. ¿Será que mi canción favorita apenas y fue cantada?, ¿o que no fue tocada una de las canciones que me encanta de su nuevo disco (o el que promocionan con esta gira, porque hace poco supe que había una especie de segunda parte del mismo, llamada "Prospekts March")?

¿O a lo mejor esperaba mas ruido? Porque con este concierto pude verificar que si bien Coldplay es rock, hay razones para que algunos le consideren "soft", aunque eso signifique muchas veces "pop-rock", lo cual rechazo de manera rotunda. Pero afortunamente para todo hay gustos, y esta es mi banda favorita, por su música y canciones (distingo porque en algunos casos pueden no siempre gustarme ambas en su totalidad).

Aun así, estoy agradecido y contento por esta experiencia, porque además de lo vivido, me quedaron dos recuerdos tangibles: una sencilla camiseta de Oxfam México, con la que hicimos nuestra labor, y un disco de canciones en vivo de esta gira, probablemente grabado al inicio de la misma, porque el sonido y hasta lo que Martin dice en ocasiones es muy similar a su presentación en Monterrey.

domingo, 28 de febrero de 2010

AMLO

Este es el acrónimo comúnmente empleado para referirse, sobre todo en titulares, a Andrés Manuel López Obrador, ex candidato presidencial, proclamado por algunos "presidente legítimo" y ex jefe de gobierno del Distrito Federal.

Encabezador de las preferencias presidenciales por meses (o años, incluso, cuando se hacían los sondeos desde mediados de la presidencia de Vicente Fox), le afectó bastante una campaña negativa que hizo el partido contrario, el PAN, junto con los empresarios que, a través de su organismo gremial el Consejo Coordinador Empresarial, hizo una campaña que lamentablemente fue exitosa. Todos fueron convencidos de que: "López Obrador es un peligro para México".

De manera que puedo afirmar, como lo hice en su momento, que Felipe Calderón no ganó la presidencia, sino que perdió AMLO pese al voto de confianza que prácticamente la mitad del país le otorgó. Era curioso ver que exactamente en la mitad del país hubo más votación por uno y en la otra mitad por el otro.

Pero aquel capital político se fue desvaneciendo con la postura intransigente hacia lo que se denominó un fraude en favor del candidato oficialista. Hubo argumentos a favor y en contra de ello.

Desafortunadamente, al no existir una segunda vuelta, no hubo manera de hacer algo más para definir mejor una elección tan cerrada. Sin embargo, pese a que el Tribunal Electoral federal determinó que Fox intervino indebidamente en el proceso electoral y que además fue evidente la violación de la ley por parte del empresariado mexicano, la elección fue validada.

La resistencia y asambleas ciudadanas se fueron radicalizando y con ello los conservadores quisieron confirmar a la población (otra vez con éxito) que tenían razón con su campaña negativa.

El problema es que el partido que encabezó la candidatura de López Obrador, el PRD, se dedicó a distruirse a sí mismo y a negar todo acuerdo o colaboración con el gobierno de Calderón, hasta ya entrado el sexenio. En vez de aprovechar su postura como segundo fuerza en el país, dejó al PRI, el antiguo partido gobernante, la oportunidad de negociar con el PAN, por lo que entre estos dos organismos se repartieron la mayoría de las comisiones importantes en el Congreso.

Aunque lamenté que no hubiera ganado la izquierda, llegué a esperar que Calderón ejercería bien su papel. En muchos sentidos ha tomado buenas decisiones, pero cada vez me convenzo más de que ya perdió el rumbo y/o el control del país, o que sigue actuando en base a conveniencias (ante todo el apoyo que tuvo contra AMLO, es natural que deba muchos favores).

Estando en España conocí que determinó el cierre de Luz y Fuerza del Centro, empresa energética pública que operaba en números rojos y a merced del Sindicato Mexicano de Electricistas, una de muchas organizaciones gremiales que deberían transformarse radicalmente para no ser un lastre para sus representados y el país en general.

Eso estuvo bien, aunque el mismo SME denuncia que siguen impunes peces gordos que han provocado quebrantos en la Comisión Federal de Electricidad, la mayor empresa de energía eléctrica de México.

Pero sobre todo ¿por qué no se hace algo con los demás? Como el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que sigue con mucho poder, pero sin mejora para sus agremiados, sólo para sus dirigentes, iniciando por su líder nacional, Elba Esther Gordillo, que hasta partido fundó (Nueva Alianza) y que incluso llamó a gobernadores del PRI a apoyar a Calderón, según conversaciones telefónicas que se dieron a conocer. En este sentido, no se vislumbra un cambio, por más necesario que sea, para eliminar un poder fáctico y antidemocrático.

Además, la guerra contra el crimen organizado está siendo un desgaste continuo de nuestras fuerzas armadas y de la tranquilidad de la nación. Pese a todos los buenos programas federales, el número de pobres en México sigue en aumento, y no necesariamente se lo podemos achacar a la crisis económica reciente.

El problema de un gobierno de derecha es que deja de ver a los más desprotegidos y los llega a considerar un estorbo para el progreso nacional. El problema de México es que no tiene una buena izquierda, que pueda ser confiable y superar las rivalidades entre grupitos en busca de un bien común (como tampoco los partidos entre sí por el bien del país).

Hay muchas cosas que se pueden discutir sobre AMLO y sus colaboradores, pasados y actuales. Nadie es completamente bueno y debemos ser siempre críticos con los gobernantes o quienes pretendan serlo.

Pero ante cualquier cuestión ideológica, los argumentos más fuertes son los hechos. Estando en la Ciudad de México puedo ver todavía vigentes algunos avances sociales impulsados durante la administración de López Obrador y que son continuados por la de Marcelo Ebrard.

Por eso es comprensible que la izquierda siga gobernando ampliamente la capital del país, donde se han logrado avances sociales y civiles. Si alguna vez llegara la derecha al poder defeño, muchos de estos logros estarían en riesgo por la mezquindad y falta de visión de políticos que sólo buscan su interés personal y el de su clase.

En tanto, la jerarquía católica y algunas personas consideran que en los temas polémicos el PRD ha actuado como por capricho y revancha, sin buscar el consenso o el debate. Los extremos son malos y peligrosos.

miércoles, 17 de febrero de 2010

DF

Uno de los pendientes importantes que me quedó al regresar al país y al iniciar el año era estar unos días en la Ciudad de México, lo que pude hacer un poco el fin de semana pasado con un propósito en particular, en lugar de hacer todas las visitas y encuentros con amigos que me hubiese gustado.

Me gustó reencontrarme con una megaurbe que me encanta. La capital mexicana está al nivel de cualquier metrópoli internacional: rica agenda de actividades culturales, museos de primer nivel, variedad de opciones de todo tipo, buen sistema de transporte público, alto nivel de participación política, avance en derechos civiles, historia arquitectónica...

En uno de estos aspectos me gustó comprobar que el ferrocarril suburbano, que no había alcanzado a conocer, es una adaptación del sistema Cercanías español (de hecho, la compañía operadora es de ese país y los trenes tienen el mismo modelo al menos por dentro) y que al menos allí en el centro del país se impulsa este tipo de transporte público que desapareció en el periodo presidencial de Ernesto Zedillo al privatizar la compañía ferrocarrilera nacional, pues incluso hay planes de ampliación más allá de Cuautitlán, actual estación final (desde Buenavista, al norte del centro histórico) y antiguo límite de la mancha urbana capitalina. Ojalá se hicieran más líneas y otros estados implementaran redes similares (hay deseos desde hace años de hacerlo en el Bajío y ahora más recientemente alguien lo manifestó para entre Monterrey y Saltillo).

Probablemente sea más por su tamaño, las personas son generalmente más abiertas aquí que en cualquier otra parte de la república. Porque suele ser más fácil expresarse donde hay mucha gente, entre la que además pueden encontrarse individuos con las mismas afinidades.

Ya sea solamente eso u otros factores adicionales, hay un desarrollo comparado al de las capitales europeas que conocí, tan sólo por la diversidad de lenguas e idiomas que pueden llegarse a hablar (tanto por extranjeros como por indígenas de diversas regiones del país), gente de todas apariencias y estilos, así como parejas del mismo sexo que manifestan su cariño libremente en la calle.

No por nada fue el primer lugar en la nación donde se aprobó la despenalización del aborto (que lamentablemente grupos conservadores e intereses ligados lo han bloqueado en alrededor de la mitad de los estados) y la unión matrimonial entre personas del mismo sexo (que se ve muy lejos en otras partes del territorio nacional).

En ese sentido a veces se me figura que hay dos Méxicos: el Distrito Federal y el resto del país. De por sí la animadversión mutua entre la capital y el interior del país (malamente llamado "la provincia", que para mí es un término que raya en lo despectivo), los famosos chilangos (que, aunque es el toponímico común de los lugareños, originariamente eran los fuereños que se iban a vivir al DF y luego regresaban presuntuosos a sus lugares de origen) y los distintos regionales.

Mientras muchos estados del país se afianzan en la derecha, y casi toda la nación misma, la capital se mantiene fiel a la izquierda y casi es el único lugar donde ésta existe de verdad, porque aunque oficialmente gobierne también en otras entidades no hay el mismo nivel de avance político y social.

El resto del país generalmente alegará concentración de recursos de todo tipo, sobre todo por un centralismo desarrollado en buena parte del siglo XX y que tiende a perder fuerza, y porque al menos el 30 por ciento de la población nacional está concentrada en el área metropolitana de la ciudad de México.

Que hay fallas y ni el gobierno del DF es perfecto, es cierto. Hay mucho qué atender y resolver en una caótica urbe de más de 20 millones de habitantes y una gran cantidad de población flotante por diversos asuntos. Pero indudablemente en muchos aspectos van adelante del país, al menos por la cantidad y/o proporción de lectores.

domingo, 7 de febrero de 2010

Amores

Detrás de las montañas y con vista para aves y hadas el corazón palpitante tiene rostro de mar. ¿Es acaso que de entre las olas un tritón puede brotar de la mente de Neptuno?
¿Es acaso la sonrisa en rosa que muestra el verde posible de lo bueno cuando brilla entre ciudades y pueblos?
Late el sur y late el norte, vibra el viento y sueña el sol, nacen nubes y llueven ríos de alegría. Grita la aldea, canta el volcán. Ra es bueno. Horus es bueno. Los niños juegan y los ancianos danzan. Hay vida.
MGE

Una de las cuestiones que ha sido más difícil para mí es lo relacionado con el amor. Por circunstancias particulares, sobre todo idealizaciones a las que uno tontamente se aferra, preferí evitarlo buena parte de mi vida juvenil. Pese a ello confieso que pude llegar a considerar 'experto' o 'conocedor de las cosas', por observar y aprender acerca de él, pero casi siempre desde fuera.

Desde mi experiencia en España, la situación cambió mucho. Decidí liberarme de prejuicios y ataduras para aventurarme en estos terrenos. Aún así, siento que me falta mucho por recorrer, sigo siendo un novato, y no me refiero ni se trata sólo de ligues.

El tema es complejo, como lo es cualquier cosa que tenga que ver con lo complicado que es por dentro el ser humano. Entre más conozco, me doy cuenta de que me falta mucho por aprender. Mucho se ha escrito y escribirá sobre el tema, de allí surgen profundas inspiraciones, como la del poema de inicio de esta entrada.

Así como en la cuestión profesional, también en este ámbito están muchas cosas pendientes de definir, aunque ya hay una base.

Lo malo de escribir sobre el tema en estas fechas es que parece parte de la mercadotecnia que inunda el día del Amor y la Amistad, pero aseguro rotundamente que es muy independiente, porque incluso me vuelvo un poco 'grinch' hacia el tema mientras está esta celebración.

domingo, 24 de enero de 2010

Qué quiero

Hace unos días cumplí un mes de regreso en México y ya se me hace lejana la experiencia española. En eso por supuesto que ayudó el cambio de año, que hace que haya dejado ese país 'el año pasado'.

Uno de los retos más importantes que experimento ahora es la necesidad de definir qué quiero, sobre todo en lo relacionado a mi visualización en el futuro como profesional, aunque también se puede extender a otras áreas.

Parece algo tan sencillo, que incluso me sorprende sentir de que entre más grande me voy haciendo, más difícil se me hace decidir esto. De por sí que soy medio aprehensivo, peor si se anteponen otros factores que con la experiencia se van haciendo más presentes en la consideración de cualquier rumbo.

En su momento, cuando elegí mi carrera, la búsqueda fue intensa pero muy provechosa, por lo cual estoy muy feliz y satisfecho al haber encontrado lo mío, propiamente hablando.

Por supuesto que seguiré mi actual rumbo profesional, pero para seguirme desarrollando se requiere especialización, tanto en formatos (aunque se tiende a la integración multimedia) como en contenidos. Esa fue una causa de por qué me tardé en aplicar por alguna beca y la elegida fue una general en periodismo.

Ahora no importan tanto los estudios, sino el propio desenvolvimiento laboral. Puede ser aquí en Monterrey, la ciudad de México, Estados Unidos o cualquier lugar del mundo. Asimismo si como redactor y/o coordinador.

Donde sea o como sea no me mortifica ahora, porque primero deberé definir lo fundamental: qué quiero realmente.

miércoles, 13 de enero de 2010

Retorno

Hasta ahora el impacto de realidades no ha sido tan fuerte respecto a México y España. Obviamente ciertas diferencias de desarrollo son evidentes, pero no estamos tan mal y algunas cosas podría decir que las tenemos mejor que la llamada madre patria.

Tanto es así que apenas empezar a distinguir Monterrey, me he sentido de nuevo en casa, me da la impresión de que sólo he estado ausente unos meses y no poco más de un año, aunque de pronto, en medio de las panorámicas habituales de esta ciudad, me encuentro con un edificio completamente nuevo, que parece surgido de repente.

Algo similar me pasó en la iglesia. Algunas remodelaciones simples, como el cambio en el color de las paredes, me hicieron sentir el cambio en el lugar de reunión, pero ya iniciando el culto y ver de nuevo las caras de quienes aprecio me permitió estar muy cómodo otra vez.

Y lo mismo me pasa en mi universidad, donde estoy trabajando temporalmente y he vuelto a ver a muchos amigos, profesores, directivos y quienes en su momento fueron mis fuentes de información. Los cambios más positivos se refieren al mejor equipo tecnológico con que cuentan los laboratorios de mi carrera, sobre todo televisión y radio.

Falta el reencuentro con mi antiguo trabajo, el que dejé antes de irme a España y en el que parece que todavía se acuerdan de mí con gusto, por los mensajes y muestras de afecto vía telefónica y las redes sociales.

domingo, 10 de enero de 2010

Nueva etapa regia

Monterrey.- Aprovechando que el autobús en que viajaba tenía Internet inalámbrico, me dispuse en principio a subsanar esta ausencia que provocó el inicio de un nuevo año.

Estoy en esta ciudad en la que he vivido los últimos nueve años antes de irme a España, para iniciar una nueva etapa de mi vida. Siempre decía que no sabía qué sería de mí de enero en delante, y hasta hace unos pocos días eso seguía siendo muy cierto.

Ahora sé que, cuando menos de aquí a marzo, mi lugar estará aquí, sin que sea tampoco algo inamovible, pues la actividad que estaré desempeñando es temporal y con la posibilidad de explorar otros horizontes, en la misma capital de Nuevo León, cualquier otro lugar del país (mayormente la ciudad de México) o del mundo (con el plan de irme a Estados Unidos).

¿Cuál es esa actividad? Estaré editando un número de Verbum, la revista para exalumnos de mi alma máter, la Universidad de Monterrey (UDEM).

Me siento muy contento por la confianza expresada hacia por mí por esta responsabilidad pero también experimento una sensación extraña, de que ya tengo de nuevo una responsabilidad formal, probablemente derivado de que repentinamente se acabaron mis días libres y de flojera.

Se quedaron en el aire los paseos que pensaba hacer (sólo pude hacer uno de fin de semana a Toluca recién iniciado el año) y los encuentros con amigos al menos por ahora en el Distrito Federal. Tendré que aprovechar ahora los fines de semana, aunque me quedarán muy cortos para la cantidad de cuates que quiero contactar y el tiempo que quisiera dedicarles.

Será asimismo una especie de retorno a mis orígenes universitarios. Cuando estudiaba laboré como alumno, becario o trabajador asalariado en los medios informativos estudiantiles de la UDEM. Ahora será continuar un poco con esa labor, pero ya en un órgano institucional y que tiene su buen tiraje y distribución al exterior.

Por lo pronto, tengo este domingo mi reencuentro con mi iglesia, la Comunidad Bautista Jireh, y un poco antes con la familia pastoral, a cuyos integrantes amo de verdad, sobre todo a los más pequeños, que cuidaba desde que estaban recién nacidos y hoy están al umbral de su primera década.

De aquí a marzo se antoja de repente largo y a la vez corto. Es curiosa, pero muy bienvenida, esta sensación de incertidumbre del futuro: por ahora todo puede pasar y muchos rumbos se pueden abrir o ir definiendo, como ocurrió con esta oferta, que fue un poco una petición de apoyo de una muy amiga mía y que me viene bien porque me garantiza un ingreso.

Veremos qué se va definiendo en el camino...