domingo, 4 de octubre de 2009

Green Day

Terminaron mis tres meses de prácticas en el área de Televisión de la agencia EFE. Fue una estupenda oportunidad de conocer buena parte de la cobertura habitual española y de eventos especiales. Uno de ellos fue con el que prácticamente terminé este tiempo, que fue asistir al concierto de Green Day.

Confieso que no conocía mucho al grupo, pese a que digamos que es una marca famosa. Incluso, la referencia que me venía a la mente al escuchar este nombre era una frase de una canción de Calle 13 ("No importa si te gusta Green Day, no importa si te gusta Coldplay..."). Pero me puse a conocer un poco de su historia y últimas canciones antes de acudir al Palacio de Deportes madrileño.

El evento inició temprano para lo que esperaría de un grupo de punk-rock, al que con esta presentación se le cuestionó esa categoría, pues el espectáculo tenía todos los tintes de una presentación pop cualquiera, con luces, imágenes, fuego y estallidos. Finalmente, es espectáculo, aunque se traten de colar mensajes subversivos o críticos al sistema imperante o la guerra.

Billie Joe se encargó de divertir a los asistentes, colándose hacia una parte de las gradas para tocar rodeado de ellos, disparándoles con una pistola de agua, invitando a algunos fans a subir al escenario, ya fuera a cantar parte de una canción, ayudarle a mojar al público y lanzarse un clavado entre la gente.

Estuve casi todo el tiempo, aunque el camarógrafo que iba conmigo y yo salimos antes para evitar complicaciones con el equipo (cámara y trípode, como le dicen acá, o tripié, en México) y la gente a la salida. El lugar estuvo bueno, porque era justo donde estaba el equipo de producción, al centro y en lo que sería la cancha del recinto.

Dos días después de esto me tocó iniciar actividades en otra sección muy distinta, Internacional, en el área llamada '400 millones', que se encarga de las noticias de interés para América Latina desde España.

Mi primer evento cubierto en esta etapa fue una feria de productos de Argentina en la capital española, un pabellón instalado en plena Plaza Mayor, donde incluso se puso un obelisco a escala pero idéntico al que está en Buenos Aires.

Ahora me toca escribir de lleno, porque en televisión si acaso lo hacía eran textos breves, y editar notas nacionales que veamos que pueden interesar a los lectores de nuestro continente y lengua, como si fuéramos corresponsales de todos ellos en Madrid.

Pero la diferencia sustancial será el perfil de los eventos, pues en tv podía cubrir una conferencia de Evo Morales o la visita de Hugo Chávez a una céntrica librería madrileña, pero acá serán eventos y entrevistas de mucho menor perfil, más lo que consiga por mi cuenta.

Esto último supone un reto interesante de búsqueda y esfuerzo que me permita desarrollar mi carrera, en el sentido de ejercitar la capacidad periodística de encontrar la noticia, aun sin necesidad de alguna actividad formal donde ésta se pueda hallar más fácilmente.

Y además podría ayudar a obtener temas para continuar escribiendo para revistas de mi país desde acá, con las cuales mis colaboraciones han aumentado últimamente, a menos de tres meses de regresar y a 11 meses de estar acá.

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