domingo, 2 de agosto de 2009

Nueve meses

A veces pareciera que sólo nos dedicamos a contar y celebrar aniversarios, medidas de tiempo para reflexionar sobre lo que ha acontecido. Hoy cumplo nueve meses en España, a donde llegué precisamente un domingo. El tiempo vuela...

Lo que más puedo destacar de este periodo es que, aunque sigo siendo el mismo, ya no soy igual. Por lo pronto he aprendido y adquirido una nueva visión de las cosas en muchos ámbitos, sobre todo liberándome de prejuicios y ataduras sociales que acá ya han sido en gran parte erradicadas.

Precisamente a veces me pregunto cómo me verán mis amigos y familiares cuando regrese. Lo que menos quiero es ponerme a añorar lo que aquí estoy viviendo, por lo que trato de disfrutarlo todo lo posible ahora, pero estoy consciente de que tendré que readaptarme a la realidad de mi país cuando vuelva. También me cuestiono cómo veré las cosas y reaccionaré ante ellas entonces.

¿Qué me llevaré de España? Creo que puedo resumirlo en una colaboración que me pidieron a inicios de este año para la revista de exalumnos de mi universidad, Verbum, que escribí con gusto. Al querer resumir en pocas palabras muchas cosas, lo que provocó que no quedaran claras unas ideas, editaron mi texto para reducirlo a las siguientes líneas:

Los encuentros multiculturales son una experiencia que desafía en todo sentido: las costumbres, las formas de pensar y hasta la visión del mundo. El reto es pasar exitosamente de la alegría por lo nuevo y la nostalgia por lo conocido, al disfrute pleno de la experiencia, enfrentando las dificultades derivadas de distintas maneras de ver las cosas.

Estar fuera de nuestro país es conocerlo desde otra perspectiva. Más allá de la visión que los lugareños nos den de nuestra patria, se puede percibir y conocer qué es México y dónde está en el escenario mundial. Y también reconocer aspectos que puede cambiar. Veo, por ejemplo, que el transporte público puede ser mucho mejor, que es posible crear una cultura del reciclaje, que podemos hacer un esfuerzo por ser más puntuales y que la lectura tiene mejores maneras de promoverse.

Otro aspecto es el enriquecimiento del lenguaje, al comparar e incluso compartir nuestros vocablos o palabras de uso común, no sólo con los lugareños, sino también con quienes
compartimos la distinción de extranjeros y una lengua común.

Sin duda, estar aprovechando la estancia en este lado del Atlántico, estudiando la maestría en Periodismo de Agencia avalado por la agencia de noticias EFE, es una oportunidad que agradezco a Dios.

Lamentablemente, no podré asistir a la reunión de generación por el lustro de habernos graduado, pero por esta vía mando un saludo muy grande a quienes se reúnan en estas fechas.

(Verbum, año 14, n.º 65, enero - marzo 2009)

Una observación es que el grado me lo hayan puesto como maestría en lugar de máster (por eso dice "avalado" en lugar de "avalada"). Y otra es que, hasta lo que sé, parece que nadie se animó a hacer esa reunión de generación y quién sabe si habrá.

1 comentario:

  1. Todos los que viajamos hace nueve meses somos hoy distintos, querido Guille. El viaje nos ha hecho otros y aún falta un poco de camino que, seguro, nos cambiará aún más. Volver será un proceso difícil, sin duda. Te dejo unas palabras de Gabo:

    “…y que en cualquier lugar que estuvieran recordaran siempre que el pasado era mentira, que la memoria no tenía caminos de regreso, que toda primavera antigua es irrecuperable, y que el amor más desatinado y tenaz era de todos modos una verdad efímera”.

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