lunes, 2 de noviembre de 2009

Un año en España

Hace 365 días estaba poniendo el pie por primera vez en el continente europeo. Aquí iniciaba una experiencia soñada, de haber obtenido una beca para profundizar mis estudios en Periodismo y conocer España y Europa en general.

El tiempo ha pasado muy rápido, pero considero que ha sido bien vivido. Aunque he tenido mis momentos de nostalgia, no llegué a experimentar hasta ahora un deseo de regresar ya a mi país. He podido adaptarme fácilmente a la vida acá, de tal forma que se me hace difícil pensar en el regreso, por todo lo que ello implica en muchos ámbitos.

En el de las costumbres, tendré que hacerme a la idea que en México, y América Latina en general por lo que platico con mis compañeros, los pasos peatonales (que acá les llaman "de cebra") no son respetados como en este lugar, donde el automóvil debe hacer alto para dejar pasar al transeúnte. Intentarlo o equivocarse en América podría suponer la muerte o un buen atropello.

En el de las vivencias habré que reacostumbrarse a que la gente esté al pendiente de uno, cuando una de las mejores cosas es que, si bien se exagera en algunas ocasiones con la indiferencia, uno no tiene que estar rindiendo cuentas a nadie y en general nadie te las pide, dependiendo obviamente de la relación que uno tenga con los demás. Pero el respeto a la propia persona es un bien no cedible en este lado.

En este sentido destacan el espacio de libertad ciudadana, es agradable ver que alquien puede ir tomado de la mano con quien deseé, sin necesariamente verse expuesto a miradas condenatorias. ¿Podrá lograrse algún día eso en nuestras sociedades? Y si acá se dice que todavía falta mucho, cuánto más en nuestras latitudes...

Todo es perfectible... Lo que más critico es la mala calidad de muchos servicios, sobre todo el que tiene que ver con el trato al cliente. En América nos desvivimos por atenderlo, acá "da igual", frase con la que se resume la indiferencia o indecisión hacia algo. No les importa mucho conservar al cliente, pues tienen la confianza de que vendrán otros o tendrán que soportar porque no tienen otra opción si les gusta lo que se ofrece. Y se quejan de la crisis económica... Aunque también hay algunos usuarios que de entrada ya tienen una mala actitud.

Aun así, me encantaría vivir permanentemente en España, particularmente en Madrid. Y más ahora que mi tiempo aquí se agota, quisiera seguir disfrutando de su ventaja como punto de partida hacia el resto del continente en general.

1 comentario:

  1. A mi también me gustaría que vivieras permanentemente en Madrid. Te vería en enero y dentro de un tiempo podríamos vernos todos los findes y tener todas estas charlas que ahora sólo podemos tener a través de internet.

    P.D: Te dije que iba a empezar con tu blog y acá estoy ;)

    Abrazos y besos!

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