martes, 9 de diciembre de 2008

Barcelona

Barcelona.- Esta ciudad es adorada por muchos, y es que tiene sus encantos. Como europea es muy española y como española es muy diferente.

Metrópoli para recorrerla caminando y disfrutar de su arquitectura, que va del gótico al modernismo, del art noveau a lo moderno, posee además una riqueza de visitantes y habitantes, pues el italiano y alemán se suman en trayectos al español y catalán y los paquistaníes se adueñan del comercio de souvenirs y abarrotes como los chinos en Madrid.

Si bien prácticamente todos los catalanes son bilingües, hay unos pocos que prefieren seguir hablando su idioma aunque tanto esa lengua como el español (castellano, en la península, para diferenciarlo de los otros idiomas del país) son muy parecidos, y conviven armoniosamente, excepto en señalamientos oficiales monolingües.

A diferencia de lo que he visto en la capital española, los niños barceloneses andan más en la calle de la mano de sus padres y muy activos, será que allí hay más población infantil o que lo regular sea sacarlos a pasear mucho en fines de semana.

Su metro, muy similar al madrileño pero para mi gusto un poco más rústico, es efectivo y se complementa con un tren ligero local subterráneo y otro a nivel de tierra, además de Cercanías (acá Rodalias) Renfe.

Hay mucho qué decir de este lugar, espero hacerlo durante el resto de la semana...

2 comentarios:

  1. Creo que escribir sobre los viajes presenta, al final, dos caras: por un lado nos ayuda a reandar el camino y plasmar nuestra percepción sobre tal o cual lugar; mientras que por el otro corremos el riesgo de caer en el cliché o, peor aún, de vernos obligados a escribir cuando a veces no hay mucho qué decir. Yo intenté cerrar un viejo blog que tenía para hacer el experimento con el de viajes y terminé asfixiado (a vos te consta), así que deshice mis pasos y volví a mi antigua casa. Pero no deja de ser una grata experiencia, después de todo. En últimas lo importante es escribir; el resto, como diría el viejo eslogan, son sólo detalles. Seguiré pasando, querido Guille.

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  2. Efectivamente, hay ese riesgo, por el cual incluso me privaba de hacer este ejercicio. Al escribir, tengo el temor de no caer en él, aunque ciertamente el cliché existe porque tiene algo de cierto. Espero en Dios no morir en el intento ni llenar este espacio a fuerza, como bien dices.

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