Pese a lo anterior, en muchas cosas no se pueden hacer equivalencias. Por ejemplo, pedir un combo normal aunque de buen tamaño en McDonald's o Burger King cuesta 6 euros más o menos; si lo convertimos a pesos estaríamos hablando de ¡110 pesos!, aunque acá es un buen precio. Lo mismo ocurre con el precio de los refrescos y bebidas envasadas o enlatadas, de un euro aproximadamente, dependiendo del tamaño y lugar donde se adquiera.
Hay cosas que sí son, aun convirtiéndolas a pesos, más baratas que en América. Estaríamos hablando de precios de avión, que se pueden conseguir a unas cuantas decenas de euros comprados con tiempo, o de vinos que cuestan un euro la botella (para ser exacto, 1.09).
Obviamente no es una regla estricta; cuando hay que comprar aparatos o equipos tecnológicos, allí debemos hacer las conversiones pertinentes para saber si aquí o allá sale más barato.
Una de las cuestiones curiosas también en cuanto a precios es que sale más barato una cerveza ("caña", como le dicen comúnmente aquí a una copita de esa bebida) que un refresco, aunque esto es diferencia de céntimos de euro (entre 25 y 50 céntimos, en algunos casos).
Así que ¡salud!
No hay comentarios:
Publicar un comentario