miércoles, 3 de diciembre de 2008

Euros de pesos

Una de las principales recomendaciones al vivir en Europa es dejar de hacer comparaciones monetarias con cada cosa. El euro es mucho más caro que el dólar y, en el caso del peso mexicano, sólo es superado por su precio por la libra esterlina.

Me he "traumado" por ver en mi estado de cuenta las cantidades traducidas a pesos de lo que llego a comprar con mi tarjeta de crédito (no se asusten, sólo gasto el dinero que tengo depositado allí, no voy a usar la línea de crédito, je je); el euro ha llegado a los 18 pesos, lo que implica que está llegando al doble que como estaba normalmente el dólar (11 pesos, aunque también ha subido como a 13/14 pesos).

Pese a lo anterior, en muchas cosas no se pueden hacer equivalencias. Por ejemplo, pedir un combo normal aunque de buen tamaño en McDonald's o Burger King cuesta 6 euros más o menos; si lo convertimos a pesos estaríamos hablando de ¡110 pesos!, aunque acá es un buen precio. Lo mismo ocurre con el precio de los refrescos y bebidas envasadas o enlatadas, de un euro aproximadamente, dependiendo del tamaño y lugar donde se adquiera.

Hay cosas que sí son, aun convirtiéndolas a pesos, más baratas que en América. Estaríamos hablando de precios de avión, que se pueden conseguir a unas cuantas decenas de euros comprados con tiempo, o de vinos que cuestan un euro la botella (para ser exacto, 1.09).

Obviamente no es una regla estricta; cuando hay que comprar aparatos o equipos tecnológicos, allí debemos hacer las conversiones pertinentes para saber si aquí o allá sale más barato.

Una de las cuestiones curiosas también en cuanto a precios es que sale más barato una cerveza ("caña", como le dicen comúnmente aquí a una copita de esa bebida) que un refresco, aunque esto es diferencia de céntimos de euro (entre 25 y 50 céntimos, en algunos casos).

Así que ¡salud!

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