jueves, 31 de diciembre de 2009

Paso a 2010

Siempre cambiar de año implica una buena cantidad de deseos, a veces de forma mecánica, pero cuando provienen de forma sincera y de buenos amigos animan y ayudan a ver el nuevo año que comienza de una forma más positiva.

Definitivamente mi balance de 2009 es muy enriquecedor, un año que casi en su totalidad viví en España (razón por la que el subítitulo de este blog fue "Viviendo en España" hasta mi regreso a México) y en el que ocurrieron muchas cosas que impactaron positivamente mi vida.

Y aunque la mayor parte de todo ello había iniciado en 2008 con mi arribo a Europa a través de la península ibérica y el inicio del máster (que fue el motivo principal de estar allá), se consolidó este año que termina.

Lo principal, sin dar más detalles de eso, fue vivir una especie de segunda adolescencia, debido a que pude experimentar sensaciones y emociones propios de la edad donde uno se anima, arriesga e impulsa a buscar "ligues". Puede pensarse de entrada que fue por estar muy lejos, pero más que eso es que el ambiente influye mucho.

A más de esto, lo que queda son los buenos amigos que hice en Madrid, algunos de los cuales se quedaron allá (porque ya era su lugar de residencia) o también estaban de paso como yo, y se fueron a sus respectivos países, que realmente espero alguna vez visitar.

Y muchas cosas en el tintero, que por falta de tiempo no pude poner aquí y que, cuando surja algún tema relacionado, espero estarlo compartiendo en este espacio.

En lo profesional implicó hacer varias colaboraciones, modestamente puedo decir que bien recibidas, para medios mexicanos, como las revistas Milenio Semanal y Etcétera y los noticieros de radio de MVS. Eso, además de permitirme tener un ingreso extra, que me vino muy bien aunque en principio era lo menos importante, me hizo tener logros como el que mi tema fuera el principal de portada al menos en una ocasión en ambas revistas.

El final de este conteto de 365 días también ha sido muy provechoso. Mi madre pudo, a grandes rasgos, cambiar la casa que tenía por otra mejor, y deshacerse de una deuda que en lugar de terminar aumentaba y sin un desarrollo visible por una inversión más visiblemente aprovechada. Adicionalmente a eso, muchas cosas van tomando en general mejor rumbo en mi familia.

El advenimiento de mi nuevo sobrinito, el segundo hijo de mi hermana la menor, ha sido también una alegría, pese a las dificultades que ha implicado originalmente, pero que vienen siendo nada frente a la alegría de ver a un recién nacido en sus primeros días en este mundo.

Pero si dudé pasar Navidad en Zacatecas, la ciudad donde viven mi mamá y mis hermanas, menos pensé que pasaría el cambio de año también aquí. Claro que me encantaría pasarlo en Río de Janeiro, como lo están pasando ahora unos amigos del máster, o recuerdo con gusto aquel cambio a este año frente a la Torre Eiffel en París. Pero sinceramente no tengo problema con eso, pese al rechazo que me provoca esta ciudad.

Es un lugar muy bonito, incluso Patrimonio de la Humanidad por su riqueza barroca y monumentos bien conservados, que sigo disfrutando de volver a ver, pero que en general parece quedarse en el pasado en muchos sentidos o, lo que me desespera bastante, en un mediocre desarrollo o descuido. Afortunadamente veo buenas excepciones, pero por los muchos años que viví acá no puedo ser indiferente a lo demás.

En fin, sigo sin saber qué será de mi vida a partir de enero, dónde viviré o trabajaré. Pero eso es parte de la vida y de la nueva etapa que inicia desde los primeros minutos de este primer mes de 2010.

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